viernes, 30 de mayo de 2014

Principio o final

De cada uno de nosotros depende si un final es un logro o un fracaso y en nuestra sociedad, como humanos, tenemos la oportunidad de brindar un comienzo. Sólo falta decidirnos.
Les presento unos ejemplos de grandes cambios, entre muchas opciones escogí las imágenes más ilustrativas sin llegar al punto de que fueran muy fuertes para ser vistas.  Estos son de Guatemala y tal vez los inspire a realizar estos cambios con otros perros necesitados.

Les aviso que no tengo participación alguna con estos bellos rescates y sus resultados y no tengo preferencias ante ellos. Algunos han sido gracias a rescatistas independientes y sus  amistades, otros apoyados por alguna organización y otros por organizaciones/asociaciones (gracias a sus colaboradores y las donaciones que reciben).

Abajo de cada fotografía, estará el enlace por si desean saber más sobre un caso en particular

Estrellita, fue rescatada gracias a una asociación y antes de recuperarse por completo fue adoptada (2011).  Ahora tiene su propia página de Facebook. 
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 Cooper fue rescatado de "dueños" irresponsables en 2014. Sigue en espera de un bello hogar, se busca una familia consciente, amorosa y responsable... ya se encuentra castrado 
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Negrito fue rescatado de las calles de la zona 7
Esta en busca de un hogar que pueda brindarle todo el cariño que se merece (abril 2014).
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 Mike llegó al refugio en febrero (2014). Él vivía en zona 6, pasando hambre, dolor, frío y desprecio. Ahora vive tranquilo y aunque es sordo y ciego, vivirá sus últimos días sintiéndose seguro y amado
 
Les dejo también el enlace de un vídeo para que vean más finales felices o principios de felicidad, como ustedes decidan:

Sean felices, hagan feliz a su perro y colaboren en la vida de un perro sin hogar.

Hasta la próxima,
Nova A.S.G.


viernes, 23 de mayo de 2014

Crear sociedades empáticas

Por alguna razón tengo algunos recuerdos de antes de los tres, aunque siempre olvido en dónde dejo las llaves; puede ser que sean los momentos claves que formaron mi personalidad.  Entre esas evocaciones tengo una muy clara y sé que no llegaba ni a los cuatro años cuando sucedió: mi mamá  compró una lupa y me permitió usarla cuanto quisiera.  Las letras en el diccionario se veían grandes, podía observar los detalles de las hojas de las plantas y entonces entre investigación y juego quise ver a una hormiga.  Esta estaba en el jardín y yo comencé a seguirla con la lupa, mi mamá pasó, me vio, comprendió lo que yo hacía y me dijo: ¡Cuidado, la puedes quemar!  La luz del sol al atravesar el vidrio enfoca el calor.   

No me quedó clara la explicación, pero tampoco me interesaba lastimar a la hormiga aún así quería verla más grande y continué siguiéndola.  La hormiga caminaba en línea recta pero en cuanto entraba al área de la lupa, desviaba su camino.  Mi investigación se convirtió en experimento. ¿Por qué se alejaba? Y como no podía preguntarle, puse mi mano a nivel del suelo para imitarla  y coloqué la lupa unos centímetros  encima de mi mano.  Por unos segundos, nada. Otros segundos más y sentí calor. Un poco más y sentí como se quemó mi piel, como si un pequeño rayo me hubiera atacado.   Salí del jardín de inmediato, no por el dolor sino para evitarle más terror a la hormiguita que caminaba un poco más lejos y con prisa, y que seguro iba pensado en cómo escapar del terrible monstruo que quería quemarla viva. Yo no quería ser alguien malo, ni que me tuvieran miedo.  Para mi esa fue una pequeña quemadura, para la hormiga significaba la vida. 

Tal vez así nace la empatía, no me refiero a causarse uno un daño, sino ese primer deseo de conocer qué está sintiendo otro ser viviente sin importar si es otra especie y/o su situación es diferente a la de uno.

Por eso antes de realizar una acción  pregúntese si usted la aceptaría para sí mismo.
¿Y esto que tiene que ver con perros?
Todo y con todos los seres vivos, pero en este espacio me refiero a perros. No sólo lea los siguientes párrafos, siéntalos.

Sucede con muchos perros que “tienen” hogar y con todos los que no.  Pasan hambre, los parásitos se apoderan de ellos, a veces recorren grandes distancias para encontrar un poco de agua.  Las perras entran en celo y no sólo la naturaleza las obliga sino que no pueden huir ante los varios machos que las persiguen que también son guiados por instinto.  Luchan, unos ganan otros pierden quedando gravemente heridos y mueren por el golpe o peor: deshidratación y hambruna por no poderse mover.  No saben por qué están ahí, aquí, en este mundo del que probó dolores y agresiones por parte de seres de dos patas que a veces andan en aparatos que son aún más grandes y del que fueron tirados cuando eran pequeños o por el que la pata les cuelga desde que les pasó encima.  No saben  por qué un día tomaba leche de su progenitora junto a sus hermanos y al otro ya no fue así, tenían hambre y salieron de su escondite, el más pequeño no se animó; los demás con los días tomaron rumbo propio.

Algunos perros son sumisos, eso los ayuda a conseguir un pedazo de pan en lugares donde los de dos patas no son tan malos.  Otros sólo han aprendido maltratos: pateadas y gritos, tonos de voz que les han enseñado a que no son bienvenidos, ellos comprenden que por las buenas no sobrevivirán y se vuelven tan agresivos como sus entornos. 
Un día mueren, por tantas causas que hay o porque fue programado, al fin un trozo de pan para saciar varios días de hambre; se convierte en agonía de horas, muchos los ven retorciéndose, pero como si no los vieran.  Muchos los oyen aullar del dolor pero nadie se detiene.   

Como humanos pensamos y comentamos: el dolor extremo en un minuto es impensable ¿Se imaginan 5, 10 minutos, una hora, dos o más?

Al fin mueren y al  mismo tiempo en un lugar no muy lejano de ese, desde un autobús tiran un costal en el camino con una perra preñada; y un señor que vende perros deja en un barranco a los tres que no se vendieron, no le importa, ya ha nacido otra camada y al otro día los llevará a vender, entre sus compradores estará la mamá de aquel niño que se emberrincha porque quiere un cachorro, este  crecerá y ya no será peludito y comerá mucho, por eso le pagarán al señor de la basura para que se lo lleve.  Y la historia se repite y se repetirá.


Apoyemos las castraciones, apadrinemos a un perro sin hogar, tal vez no podrá cambiar por completo la vida de ese perro pero evitará que nazcan otros a repetir la triste historia.  Contacte a la asociación de su gusto y colabore por amor a los perros.
Logremos sociedades empáticas.

Nova A.S.G.

Parece que Quiché también ha entrado a mi lista de lugares no agradables, debido a la crueldad hacia los perros. Vean la nota:
https://www.facebook.com/Guatepets/photos/a.339879099421150.74918.245816282160766/638092716266452/?type=1&theater
Sé que a este paso pronto Guatemala completa será región no grata, pero quién sabe, tal vez a algún departamento se le ocurra tomar medidas positivas ante el manejo de la fauna urbana y aproveche el turismo nacional e internacional que eso puede atraer

viernes, 16 de mayo de 2014

Errores y horrores de un pueblo II - Totonicapán

¡Qué horror! El departamento de  Totonicapán se destaca en hacerse campañas negras. Lo sabemos en el país, mejor que lo sepa el mundo: Programan, anuncian y cruelmente realizan el envenenamiento de perros que viven en la calle.
Luego de que lo hicieron en agosto del año 2012, hubo un diálogo pacífico entre los representantes del departamento y activistas a favor del bienestar animal y llegaron al acuerdo de que trabajarían en conjunto para llevar a cabo campañas de castración.
Sin embargo esta semana han anunciado que en los próximos días darán exterminio inmediato a los perros callejeros, porque el proyecto de castración no funciona de manera inmediata.

¿Qué esperaban? ¿Castrar a 100 perros y que instantáneamente desaparecieran los demás? En los mercados de Guatemala, siempre se encuentran perros y otros animales a la venta. Pasan un par de meses aguantando hambre en manos de los vendedores y luego los abandonan en la calle porque nadie los compró, para colmo, las que menos se venden son las hembras.   Si empezaran a trabajar las comunidades por medio de las municipalidades (ya que el gobierno no escucha) en prohibir estas ventas, la causa de tanto perro sin hogar disminuiría; claro en las próximas generaciones. 
Porque esta problemática de sobre población de fauna urbana no tiene soluciones humanitarias inmediatas y por falta de empatía, o de razonamiento de personas que creen que porque “sólo” es un perro, olvidan que sienten y tratan de sobrevivir en un mundo que no evita que se procree y nazcan de ellos, otros que viven para padecer de las mismas miserias.
Así mismo, pueblos como Totonicapán y otros tantos en todo el mundo, están formando de sus niños, seres traumatizados o peor: incapaces de sentir compasión, de ser gente de bien.  La crueldad les es tan normal como cuando los padres permitieron que se realizaran ante sus ojos actos violentos contra los animales. 

Hoy anuncian un futuro salvajismo contra seres sintientes y lo harán porque… diez mil razones encontrarán para justificarse, mañana irán a la iglesia de cualquier religión a la que pertenecen y rezarán fervientes, pidiendo salud y misericordia para ellos y sus familias al mismo Dios que los ha visto y conoce cada uno de sus pensamientos. 
¡Qué irónico!

Si ama a los perros, no visite Totonicapán está claro que no será bien recibido cuando se enteren, podría encontrarse con las horribles personas que apoyan el envenenamiento animal. No se anime a ir para enseñar y demostrar que se puede vivir en armonía mientras una solución a largo plazo se concreta; porque ellos no quieren escuchar, aprender de sus errores y tomar un camino correcto, prefieren algo rápido para conseguir sus deseos, sin impórtales que los perros mueran lenta y dolorosamente.  Será una pena ver cómo se auto destruye un pueblo. Lo lamento por  las que sí son buenas personas y que viven allí, pero encontrarán soluciones y manos amigas.
Pero por los otros, los que carecen de visión, no vaya a Totonicapán.

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En el departamento de Totonicapán y en la ciudad de Guatemala habrá una protesta simultanea  este domingo 18 de mayo.
Un mismo día por una misma causa: ¡No al envenenamiento de animales sin hogar!

En Totonicapán, a partir de las 8 A.M. frente a la Escuela Tipo Federación. Teléfonos: 54591416 ó 55386760. https://www.facebook.com/TotonicapanEnProMedioAmbiente

En Ciudad de Guatemala, 9 a.m. Frente a Palacio Nacional de la Cultura, zona 1.
https://www.facebook.com/pazanimal.guatemala

 O bien pueden ver más información en el enlace de evento: https://www.facebook.com/events/1494556357427079/ 

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Para quien desee comentar los pretextos a favor del exterminio, aduciendo sobre perros agresivos en la calle, mordeduras, enfermedades etc.; aviso que, sólo aprobaré los comentarios de personas que han sido parte activa para apoyar en sus comunidades el manejo humanitario de fauna urbana (callejera).  Porque muchos se quejan, pocos apoyan y menos aún colaboran con la castración de un perro sin hogar.


Nova A.S.G. 


Más sobre el tema, en el año 2012: http://www.guateperros.com/2012/08/errores-y-horrores-de-un-pueblo.html

viernes, 9 de mayo de 2014

La felicidad de Musa

El domingo será el día de la madre.  Para los que siguen el blog, saben que ese era el cumpleaños de Musa (según nos dijeron), así que el 10 de mayo siempre me recordará a mi negrita linda.  

Musita a diferencia de mis demás hijos caninos, no tuvo la suerte de ser celebrada en sus onomásticos con todo el festejo que solemos hacer.   Al ser el día de las madres, para estar con ella, tenía que correrlo o atrasarlo un día, aparte teníamos (aún tenemos, menos mal) los gastos de los regalos para las mamás; además, mis hermanas gemelas, Rk y yo cumplimos años unos pocos días después de esto.  Como si no era suficiente, al comenzar las lluvias, la alergia de Musa también aparecía, se tenía que llevar al veterinario, darle medicamento y se la pasaba más enferma que de costumbre.

Así le tocó a Mamush (como le decíamos de cariño), pero entre todo había algo que siempre la hacía más feliz que toda celebración: destapar su regalo y encontrar una pelota.   No importaba si se le daba la misma que tenía, su cara de sorpresa y emoción al quitarle el papel era de increíble felicidad. 
No se imaginan a Musa, corriendo con su pelota y estornudando, tirando la pelota y tosiendo, rodando la pelota y deteniéndose para rascarse la oreja; pero ella fue feliz jugando con su pelota.

Sean y hagan feliz a su perro y no olviden colaborar en la vida de un perro sin hogar. ¿Sabían que también pueden donar juguetes caninos a las asociaciones? Mejor, si se rescatan un perro de la calle y le compran una pelota, es una idea.

Hasta la próxima y a todas las personas que brindan amor maternal: ¡Feliz día de las madres!

Nova A.S.G.

viernes, 2 de mayo de 2014

Perros motivadores

Cuando de niños se trata, no hay nada más bello (para mí) que verlos amar a los perros. Que los canes sean grandes o pequeños, al niño que le gustan a todos los ve por igual: perros que deben ser abrazados.   

Mis sobrinos han crecido con perros, y todos les gustan los perros, pero una de mis sobrinas se ha declarado la fanática número 2 de la familia, yo soy la número 1.
Esta muchachita, decidió no hablar a la edad que todos hablan, seguro no tenía nada importante que decir, no era por algo físico.
Ya todos sabíamos que le gustaban los perros, una vez visto uno, era perseguido por la niña.   A sus dos años y medio Ma (parte del nombre de mi sobrina), sabía que mis Cockercitos no son para ser cargados por niños y aunque se moría por hacerlo lo respetaba, o ellos se lo recordarían; pero con Circe en casa, que es la perra más dulce en la tierra, supo que tenía la oportunidad de acariciarla todo el tiempo que la perra se dejara.
Un día, en cuanto pudo, mi sobrina la abrazó y la abrazó hasta que hartó a Circe y esta se escapó hacia el segundo nivel.  Ma le hacía señas para que bajara, nos hacía señas para que la bajáramos y le dije: No Ma, a Circe le gusta que la llamen por su nombre, si usted la llama ella vendrá a usted.
Esa era toda la motivación que Ma necesitaba, y no con mucho gusto de hacerlo pero más por las ganas de estar con la perrita dijo: Ise, Ise.  Así Circe bajó a seguir siendo acariciada.

Consideré el dichoso hecho de que Ma hablara como algo pasajero y su gusto por los canes, entre el tiempo de trabajo, distancias y la rutina no es que mi sobrina venga seguido a mi casa. Pero hace unas semanas mi hermana me contó algo que me pareció no sólo dulce sino que aprendí la importancia que tiene Circe en la vida de Ma a pesar de las pocas veces que ha compartido con ella (y eso que tiene más cerca a los perros eternos temporales de mi madre).
Fíjese —me dijo mi hermana— que Ma llegó muy feliz del colegio ayer, le pregunté que había hecho en clase y me contó que a cada alumno le tocó hablar de su mascota; entonces yo le pregunté: ¿Y usted de qué habló?  Ella me respondió: De un perro.  ¿Qué perro? Le pregunté y pensé que me iba a mencionar a algunos de los de mi mamá, pero ella con seguridad me dijo: ¡De Circe! por supuesto.

¡Qué bello! A sus tres años mi sobrina les cuenta a sus compañeros de clase sobre Circe, que era una perrita que vivía en la calle, pero que ahora es muy feliz porque tiene una casa y más perritos amigos con los que juega.   Nunca imaginé hasta dónde llega la información y de forma tan simple.   Los adultos somos un ejemplo, lo deseemos o no y los perros una hermosa motivación, para escribir o hablar.

Todos estaban disfrutando, acariciar y ser acariciados.

Ma. prestando su diadema, aunque a Circe no le gusta, no se la quitó en toda la noche.

  Ma. disfruta de hermosos encuentros como este en Pasos y Pedales.



Sean felices junto a sus perros y hagan feliz a un perro sin hogar.
Hasta la próxima,
Nova A.S.G.