viernes, 30 de noviembre de 2012

El rescate de Laica

A veces, entre mis anécdotas relato de manera breve sucesos que en ese momento no me parecen relevantes, pero tengo esta historia de uno de los momentos de la vida de Laica entre ceja y ceja desde hace unos días y me pareció que merecía su propio espacio.
  
Pasada la media noche, entre el silencio y el insomnio mi madre escuchó a lo lejos un gran escándalo canino en las calles. Ella me contó que aunque había visto a Laica ese día, se preocupó, pero a la perra se le notaba que había vivido en la calle por mucho tiempo así que se trató de tranquilizar con esta idea y esperó a verla, como siempre, al siguiente día. 
La falta de un horario pueden ser una ventaja, pero al no tener rutina y que el trabajo se realice como vaya saliendo es lo negativo de este aspecto; por lo mismo no se percató de la falta de la perra la siguiente noche.

La tarde del segundo día al recordar la ladradera, preguntó por Laica.  Nadie la había visto, ni el día anterior ni ese.  Entonces decidió ir a buscarla con dos trabajadores.  Intuyó  que Laica estaba mal herida, si bien la perrita no era de ella, tampoco parecía ser de nadie más y por lo mismo no habría otra persona que la extrañara y saliera a auxiliarla en caso necesario.
No tenían idea de adónde ir. No sabían con exactitud el lugar del que se escucharon a los perros; el eco del área y de la madrugada no los dejaba más que adivinar.   Luego de varias horas y casi anocheciendo, a mi mamá se le ocurrió decirle a uno de los jóvenes que se asomara por un lado de un pequeño puente.  Era necesario encontrarla, su falta de respuesta, gimoteos, ladridos o presencia sólo podían significar que Laica estaba muy mal o muerta.
 
Sin ganas y con mucho cuidado el muchacho fue al lugar sugerido, ayudaba el hecho de que no estuviera húmedo siquiera, porque cuando llueve el agua rebalsa el puente y él tenía que llegar por debajo de este.   Desde ahí vio un bulto tirado en una especie de alcantarilla dos metros debajo de donde él estaba.   Fueron a buscar linternas y lazos; planearon cómo bajar, no cabía una escalera con una persona.   Anocheció y los muchachos se rendían. Mi mamá ofreció una recompensa para que la sacaran y el incentivo fue suficiente para que el más delgado bajara amarrado, colocara un costal debajo de la perra y arreglara “el paquete” lo más seguro que podía en las condiciones en las que trabajaba.  
 
Por los golpes que Laica tenía se asumió que al ser atacada había caído en esa trampa, terminando de lastimarla más.  Quedó atorada y herida de una manera que no podía ni ladrar.   Aunque hubiera estado sana, jamás habría salido por sí misma.  Pero al menos estaba viva y era fuerte.
 
Un par de días después, llovió con la fuerza de nuestros temporales y al ver el agua salpicando por encima del puente no pude estar más aliviada de que Laica tuvo la oportunidad de un final diferente.

Saludos y hasta una próxima, Nova A.S.G.

Pd:
Si no les aparece tema del viernes pasado no es un error, sólo fue que no escribí.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Sueños y realidades

¿En serio debo decirles mi gran sueño? Está bien, para los que leen este blog por primera vez: Que todos los perros tuvieran un hogar.
 
Es tan simple que a veces creo que es posible y luego salgo a la calle y me doy cuenta que desvarío. ¿Por qué? Porque siempre se encuentra a más de un perro vagando por comida y refugio.

No había pasado ni una semana desde que recogí a Circe, cuando un enorme, super flaco y desorientado perro caminaba por la avenida Hincapié.  Me dolió saber que no podría ayudarlo, no sólo por tener a Circe, sino porque era tan grande que aunque ella no estuviera en mi casa, no tengo el espacio para él.  Me limité a dejarle un poco de concentrado (tip: si les gustan los perros, siempre carguen un poco de comida para los que encuentren en su camino).  
Me quedó la pena y en los días siguientes pasé alerta por si lo miraba.  Al tercer día lo vi echado a la puerta de una bodega, me admiré de que el perro encontrara ese lugar ya que a las personas que viven ahí les gustan los animales y los ayudan en lo que pueden.  Me imaginé que no lo entrarían ya que por lo que sé tienen seis perros, cinco de ellos rescatados de los alrededores, más un gato. Le dejé un poco de comida y seguí mi camino, analizando qué hacer. 

Al siguiente día, fui a presentarme y a dejarles información de cómo contactar a las asociaciones para que les ayudarán a encontrar un hogar.  El perro no estaba por ahí pero sí le estaban dando de comer y esperaban que el siguiente lunes llegara el veterinario. Por lo que hablamos con la señora, no había duda, el perro fue abandonado.  Era docíl y cariñoso.  Con seguridad lo fueron a perder porque no podían alimentarlo.
Me fui, siempre con preocupación, aunque al menos tendría alimento diario.  Era más de lo que yo podía hacer por él.
 
Una semana después del gran encuentro, vi el cadáver de un perro a la par de un basurero, en los alrededores en donde se mantenía Circe.  Esa pudo ser ella, pensé.  De hecho si no la hubiera recogido la habría dado por muerta porque eran iguales.  Habrán sido familia, eso sí.
 
Pasada la impresión del perrito muerto y la preocupación por el seudo Gran Danés (no lo seguí viendo por ahí y asumí que ya tenía un hogar), en cierto modo me sentía satisfecha; Circe, aunque sigue en adopción está segura y eso me daba paz mental. Pero anteanoche por la colonia Santa Fe vi a otros dos perros, una pequeña mestiza a la que se contaban las costillas registrando una bolsa de basura y una cuadra adelante una perrita negra embarazada junto a una carreta de comida recogiendo las sobras del suelo.  Como mínimo seis perritos más se están formando en esa pancita, vendrán al mundo para vivir con las mismas o peores penurias  que los que vive la madre; luego se reproducirán  y…
Bueno imagínense esta anécdota multiplicada cada 6 meses por 6 (siendo optimistas ya que a veces es cada cinco meses y por camadas de nueve).
 
Esas son nuestras realidades, pero sin importar lo frustrantes que sean tenemos que seguir luchando por nuestros sueños.  No importa si es uno a la vez pero hay que continuar (Y aprovechando el tema he de mencionar que la Asociación Huellitas Guatemala realizará el 25 de noviembre una jornada de esterilización a bajo costo en la zona 13, puede llevar a su mascota o donar para una perrita sin hogar y evitar más casos como los mencionados, por favor divulgue en especial si conoce a personas de la zona 13). Más información en: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=388578821217844&set=a.339879099421150.74918.245816282160766&type=1&theater
O contactar en el perfil de Facebook a Huellitas Guatemala).
 
Para que no crean que todo es pesimismo, les cuento que ayer pasé en bus y vi a través del portón de la bodega al gran perro.  ¡Lo entraron! Y mientras escribía este tema me llamó la señora de la familia que lo ha ayudado.  Me contó que no lo han difundido para su adopción por lo enfermo que estaba.  Lo llamaron Coffee, pero me especificó que ahora es don Coffee.   Las extenuantes limpiezas del área debido a la gran cantidad de parásitos que tenía han valido la pena para ver lo bien que se recupera. Su pelo comienza a brillar ahora que su piel está sanando. Es muy jovial y hasta se lleva con el gato.  Dentro de poco lo castrarán y en estos días escribirán a las asociaciones para  que los ayuden a encontrar un buen hogar.
Así que también hay buenas personas y acciones,  todos podemos ser y hacer parte de ellas.  Busquemos y trabajemos por realidades positivas, por ser mejores personas, por rodearnos de alegría y satisfacción.  Nosotros podemos reinventar nuestro mundo.  ¿Cómo desea que este sea?
 
Feliz fin de semana y hagan el bien, mejor si es a un perro sin hogar.
Nova A.S.G.





Coffee, el día que lo vi en la bodega.

 



viernes, 9 de noviembre de 2012

Alertas caninas

¡Vaya! ¡Qué sismote!  


Anteayer miércoles, unos inconvenientes me dejaron sin poder salir de casa.  Aprovechando la situación dejé a Circe en el jardín toda la mañana para que estirara las patas y se asoleara.  Como les he contado cuando no hay personas en casa por su protección se tiene que quedar en un pequeño patio en donde apenas está su casita y la pobre se la pasa acostada dentro de ella por tanto aburrimiento.  
Ella salió y sabiendo que debe sacar beneficio del espacio, corrió alrededor de la grama y luego encontró el mejor lugar para tomar el sol. 

Cada vez que me acordaba, la observaba.  No estoy acostumbrada a que un perro rescatado sea tan tranquilo y a veces el silencio en ellos me alerta de una travesura.  Pero ella seguía dormitando.  
Adentro, mis Cuachuchitos dormían a pierna suelta con esa paz que sólo los que nunca han tenido necesidades pueden tener.  Nova, roncaba.  Gecko con un ojo abierto y otro cerrado abrazando su peluche y Keyla respiraba con fuerza mientras movía sus patas, soñando.

A media mañana Circe gimió, en ese tono que ella usa para comunicarse con uno.  La vi y estaba parada buscando atención.  Asumí que deseaba entrar así que no le hice caso.
Luego, se puso inquieta y botó una maceta vacía que ha estado en el mismo lugar desde que ella vino.  Me extrañé porque ella no suele hacer esas cosas y pensé en regañarla a la próxima “travesura”.  Un momento después Circe ladró, me levanté de la silla y vi que mis perritos todavía dormían.  ¡¿Por qué habrá ladrado?!  El tercer ladrido desde que la recogí.  Lo que faltaba, pensé, ahora resulta que le va a dar por ladrar y entonces no podré tenerla más de refugiada en la casa.   Me volví a sentar y la casa comenzó a moverse, se levantaron los Cocker y caminaron de un lado a otro cerca de mí.  Mi refresco se tambaleó, la lámpara no dejaba de mecerse y yo me puse a realizar un recuento mental: todos tienen collares puestos, las cadenas están cerca de la puerta, Circe está segura en donde está; no hay objetos que interfieran nuestro escape. 
En fin, analicé todos esos detalles que se pueden planear, porque eso es lo que hago y tal vez por eso no me pongo nerviosa ante ese tipo de eventualidades. 
 
El sismo cesó y una vez que la lámpara dejó de moverse fui a revisar que todo estuviera en su lugar.   Y regresé a hacer lo que hacía.  Los Cockers esta vez se quedaron a mi lado.  Media hora después Circe ladró de nuevo.  Aproveché el aviso y bajé seguida de los Cuachuchitos, si en caso era cierto al menos ya estábamos en el primer nivel.  Nada, al menos yo no sentí nada, dicen que hubo réplicas en ese momento pero no creo que se sintieran en la capital.  De todas formas me queda de experiencia, cuando Circe ladra es por algo, ya que no lo ha hecho a menudo.  ¿Quién puede decir que su perro ladró cierta cantidad de veces?  Circe lo ha hecho cuatro.  Dos, que creo fueron por felicidad y los últimos dos por serio aviso. 


No me queda duda que mis perritos Cocker han perdido o no hacen caso de ese instinto por la comodidad en la que viven.   Igual sucede con las personas, al menos yo me encontré con una alarma sísmica personal canina, y es de observar mientras le encuentro adoptantes.


Recuerden colaborar con las personas afectadas y sus animales de compañía; también realicen un plan de emergencia para su hogar que incluya a sus mascotas.  Y presten atención, tal vez ustedes también tengan sus propias alarmas y no lo han notado.
 
 
Hasta una próxima
Nova A.S.G.
 
 Fotografías tomadas hoy por la noche, en la primera Circe siempre atenta y educada cuando uno le da la orden de sentado.  La segunda, timida ante la camára ya que estaba jugando solita.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Competencias caninas

Esta historia es deuda. 



En la anécdota: Compartiendo, relaté que debido a lo excelente alumna que era Greka, el profesor la inscribió a una competencia de obediencia canina, nivel 1.  Sentado, echado, parado quieto y el venga; instrucciones básicas aprendidas en la escuela canina. 
¡Que emoción! ¡Que terror! Yo participaba con ella como todos los manejadores hacían con sus propios perros.  No soy del tipo de persona que pueda interactuar entre mucha gente, ni siquiera podía hacer presentaciones en el colegio sin que se me aguaran los ojos; pero por Greka hice a un lado mis miedos y acepté hacerlo, o al menos lo intenté.

Fue en Tikal Futura, había muchos participantes.  Show canino de razas, de belleza y entrenamiento.  Las perras, Rk y yo llegamos.  Sólo Greka participaría pero mamá Skippy y tía Musa iban de porra.   Nuestra primera equivocación.  Convocados a las 9 de la mañana, llegamos puntuales, en este caso lo consideré otro error, aunque no había un horario definido para el momento de competir de nuestro grupo.
A eso del medio día empezaron con los de obediencia. Tanto perras como nosotros estábamos aburridos, cansados de esperar y ansiosos de no tener idea de cómo nos iría.  Athos, el Gran Danés también competía y estaba intranquilo al punto que quiso que lo cargáramos un par de veces, y cuando un Gran Danés se le sube a uno en la espalda, uno llega al suelo.  Mi lindo gran consentido, luego intentó subirse a nuestras piernas pero prácticamente quedaba parado.  Al fin se calmó al ver como cepillaban a un Viejo Pastor Ingles.  Creo que eso lo distrajo lo suficiente, además de las caricias que sus padres humanos le daban.

Greka, por el aburrimiento y todos los perros conocidos y desconocidos, estaba nerviosa, también porque yo se lo transmitía. Yo sabía mi pecado: la falta de entrenamiento en casa.   Si no hubiéramos esperado tanto, ella habría llegado más fresca y sé que podía hacerlo bien, pero luego de tanta ansiedad, sólo los canes bien preparados podían soportar la presión.   Era una situación como en exámenes, los que memorizan para el momento, si cambia el horario se va olvidando el contenido y los que estudian con dedicación podrán realizar el test en cualquier momento.

Antes que nosotros pasaron unos de otra escuela, ni siquiera presté atención.  Luego el Pit Bull de nuestra clase.  Entrenador y perro lo realizaron de maravilla, estábamos orgullosos del enamorado de Skippy.  
Nos tocó a Greka y a mí.   El juez me confundía, me indicaba con pesadez en dónde pararme, mis movimientos confundían a Greka y al final terminamos la serie de ejercicios más por orgullo de no salirnos que por el gusto de participar.   En realidad pensé que nos había ido peor.  No ganamos, ni siquiera nos acercamos a las 3 primeras posiciones, pero no quedamos entre los últimos tres lugares.  Eso fue suficiente como para saber que mi perrita era un genio y que yo era una tonta por no sacarle provecho a su inteligencia.
Pensamos que el ganador sería el Pit Bull, fue el mejor. Y a Athos imaginamos que al menos tendría el tercer lugar, y resultó que quedó entre los primeros cinco y el chico maravilla Pit Bull ganó el tercero.   Me pareció injusto y si a estos perros que los entrenaron como que si iban a participar en las olimpiadas no tenían las medallas que consideré merecían, todo el asunto no valía la pena para mí. 
De niña, siempre que miraba por televisión las competencias de perros, me ponía soñar despierta: mi perra y yo caminando en círculos frente a la audiencia y luego una gran ovación hacia mi compañía canina.
Al crecer supe que no lo haría por mi miedo al público.  Y al tener la oportunidad la acepté porque uno no debe dejar ir las oportunidades a pesar de los temores. 
El profesor, no estaba decepcionado.  Era la primera participación de la escuela y le había ido bien con sus alumnos.   Me alentó a continuar, Greka tenía potencial y estaba seguro que cuándo lo lograra lo haría en grande, pero Rk y yo desistimos de la idea, las competencias no era lo nuestro.
Mi esposo y yo continuamos asistiendo con las Cockers a clases, nos divertía y era agradable.  Los cursos eran para pasarla bien.  Al aceptar la primera vez la oportunidad, entendí que no era eso lo que quería, ni para mí y mucho menos para mi bella Greka.  Al fin y al cabo sabía que tenía no una, sino tres perras ganadoras y eso era suficiente.
Hasta una próxima
Nova A.S.G.
Pd:
Todas las asociaciones necesitan ayuda, pero en esta vez también los invito a que vean la Fan page  (Facebook) de AMA.  Rescataron a 3 perritos Lhasa Apso, en condiciones deplorables y aparte de necesitar hogar temporal también requieren de donaciones para el tratamiento. El enlace de los perritos de AMA es el siguiente: