sábado, 30 de junio de 2012

Bambino

Hace tres semanas publiqué: Caricias de lluvia y la historia de Bamito, luego renombrado: Bambino.
Como saben este chiquito sobrevivió en las calles de Boca del Monte, lugar en que como muchos otros lugares en Guatemala abundan los perros sin hogar y maltratados.
Sólo él supo en dónde se refugió para dormir, la suerte que tuvo de no ser atropellado y pateado por personas, y cuántas noches durmió bajo la lluvia y sin alimento.
Cuando era posible comía lo que encontraba y entre esos hallazgos algo le causó un daño hepático (por este caso me he enterado de que la tortilla es en extremo dañina para los perros).  Pero él no tenía opción, cualquier comida era buena porque lo saciaba.

Debido al daño hepático, Bambino se inflamó de una manera extrema; tenía algunas llagas reventadas en su piel, me imagino que por la misma razón.   Él caminaba con lentitud, su cuerpo lo aprisionaba.   
El día que lo recogimos para llevarlo al Hospital Santa Teresa, admito que me dio miedo que fuera a reventar mientras lo subíamos al auto.   Desconfiado se dejó manipular, pero tampoco tenía fuerzas ni para quejarse.  
La doctora dijo que cuando lo revisó, a él ya le costaba respirar y no orinaba.   El drenaje directo fue necesario y él detestaba el tratamiento.   

Unos días después Bambino estaba desinflamado en gran porcentaje y los pinchazos no eran necesarios, su medicación continuó siendo por vía oral.  Fue cuando demostró quién era: un cachorro juguetón, travieso y cariñoso.  Se sentía tan bien que su alimento especial no era su primera opción, él no sabía que no tenía otra.
La doctora y todos los que convivieron con él se enamoraron de este chiquitín, pero hay tantos casos y poco espacio que sabían que debían encontrarle hogar temporal mientras se recuperaba para luego darlo en adopción.
Tuvo la suerte de encontrar uno (porque no abundan) y lo trasladaron.   Después de una momentánea tristeza, supe que estuvo feliz residiendo como un perro en su hogar y además con compañía canina.

Un descuido, un pedazo de queso, una porción de salchicha, devolvieron de emergencia a Bambino al hospital.  Días después, una mejoría previa a una recaída otra vez.  
El luchaba, quería esa vida que acababa de conocer, correr por el gusto de hacerlo, mover la cola de felicidad y sentir por más tiempo las manos cálidas que lo acariciaban.  

Al fin, su enfermedad fue más fuerte que sus deseos. Su cuerpo ya no pudo continuar, no se levantó por un día y al siguiente, ayer jueves murió.
Estaba destinado a tener una corta vida, porque aparte del problema hepático vieron que tenía un tumor en el corazón que era inoperable.  
Su muerte afectó a todas las personas que lo cuidaron y consintieron, quienes se tomaron el tiempo para conocerlo mientras esperaban su completa recuperación.  Esta noticia es triste, sin embargo, él vivió su último mes con felicidad y amor.

Sin importar cuánto viviría Bambino, él debió vivir bien desde su nacimiento (todos los perros deberían tener un hogar).   La diferencia es que Bambino pudo al final probar un pedacito de la humanidad, muchos perros no lo harán nunca.
En todos nosotros queda  trabajar para que estas historias no continúen.  Donen para los rescatados, colaboren, aporten para castraciones. Si usted sabe que su vecino puede pagar la castración de la mascota que mantiene suelta, pero no lo hará porque no lo considera importante, colabore usted por el bien de esa perra o gata.  Es por ellos que se hace, para que no nazcan más que vengan al mundo a sufrir.
Muchas personas sin importar la situación económica que tienen, no comprenden y prefieren no hacerlo.  Debemos luchar contra la ignorancia pero también actuar cuando esta no cede.  

Amar a los animales no es sólo ver a los de raza y colocar una foto de la mascota en la billetera.  Amarlos, es ayudar a los que no poseen un hogar sin importar lo poco que sea.
Tomar la correcta decisión de no comprar una mascota porque sabe que las perras son explotadas por sus crías, mientras miles de perros esperan ser adoptados, eso también es amar.

Gracias Bambino, por dejarnos conocer parte de tu historia y tal vez por ella otros perritos tendrán una oportunidad.

Hasta una próxima
Nova A.S.G.

viernes, 22 de junio de 2012

Asistamos en manada

Un fabuloso evento realizado por National Geographic Channel y Dog Chow para darle la bienvenida al nuevo programa de César Millán.   Cuatro domingos, cada uno con la presencia de una asociación que promueve la adopción de mascotas.
Comparta esta información, asista, conozca y adopte. 

Será a partir del 1 de julio adentro de las instalaciones de dónde quedaban los cines Magic Place  y en las que ahora está el canal Fox International Channels Guatemala (Avenida Las Américas y 16 calle).  Inicia a  las 10:00 AM y finaliza a las 2:00 PM.

¡Fabuloso! No lo piense, es sólo este mes y es una oportunidad única. 




sábado, 16 de junio de 2012

Caninus Houdinis

Esta semana mi esposo me preguntó si había visto al perro Husky que daban en adopción.   En estas semanas se han encontrado varios de esa raza y en lo que buscan a sus dueños (quienes tal vez no desean ser encontrados) los promueven para adopción.  Como no sabía a cuál se refería, pregunté por más detalles.  
—El que dicen que es escapista.
—Ah, sí. Leí sobre él.
—¡Qué travieso!  ¿Verdad? Abre las chapas con los dientes.  Imagínate, ya que le de vuelta a la perilla; es porque se ha fijado en lo que hacen las personas y sabe copiarlo —dijo. Y los dos recordamos a Skippy.

Había olvidado este detalle de mi tremenda Cocker.  Hasta tuve problemas por su ingenio, les cuento:

Consentida, madre de Skippy todavía estaba con nosotros. Y yo aún vivía en casa de mi madre, mis hermanos y mi padrastro.   Este señor se dedicó a no ser ni amable conmigo desde poco después que se casó con mi mamá.  Y mientras crecí el trato entre ambos era de educación verbal si no podíamos evitarnos: Buenos días y con permiso.  
Por mi parte la razón de mantener esa “cordialidad” era para que no molestar a mi madre.  Por parte de él, era sólo por que no quería ser menos educado que yo.  Era de ese tipo de personalidad que gusta de la confrontación.
Bien, con los años el señor aprendió que mi debilidad eran mis perros, no tenía que ser genio para saberlo pero queriendo molestar buscaba ese pretexto: ‹‹Chuchos pendejos…››, ‹‹Esos perros cabrones…››, ‹‹¡Ah! chucho quítese…››.  
En fin. De un modo u otro mi mamá se las ingeniaba para que mi dormitorio tuviera un jardín privado, por pequeño que fuera y así yo era feliz porque estaba con mis peludas.

En esa última casa, donde convivimos todos, fue que creció sus primeros cuatro años Spooky (también la llamaba así).  La puerta de mi dormitorio estaba separado del resto de la casa por un pequeño patio de un metro de ancho y por este se llegaba a la cocina, con otra puerta de vidrio y chapa de las que se sube y baja el jalador para abrirla o cerrarla.  Desde la cocina se tenía acceso a toda la casa.

De repente comenzaron los disgustos.  Me regañaban por dejar la puerta de vidrio abierta y que las perras entraran a subirse a los sillones, cuando yo no estaba.  O mi mamá me decía que ella había encerrado a las perras porque al entrar a la casa se habían salido al garaje.  El señor comenzó a amenazar que cuando las viera adentro abriría el portón para que se salieran porque ya lo tenían harto.  
Yo no entendía qué sucedía, y la razón lógica que pensé fue que él les abría para causarme problemas, y para de verdad un día sacarlas.
En todos esos años, sí de algo estaba segura es que él no era tan malo, porque si bien nunca fue un buen ejemplo o un consejero, tampoco fue cruel de hacerles daño a mis perros para causarme pesar. Pero la situación había cambiado, según yo.

Entonces yo también me ensañaba con él.  Lo culpaba por la puerta. Lo amenazaba (no sé ni con qué) de regreso por si algo les pasaba a mis peludas. Él lo negaba, pero nadie le creía. Hazte fama y échate a dormir, dice el dicho, y sus acciones lo señalaban.
Fueron días de enojo, malestar, y por primera vez el deseo de irme de la casa y vivir tranquila con mis perritas.

Un día olvidé mi bolsa, regresé y antes de entrar a la casa escuché golpes.  Todavía, vi a Skippy brincando frente a la puerta de vidrio y entendí lo que sucedía.  No lo habría imaginado, ella era pequeña y no alcanzaba la chapa, se me olvidó lo traviesa y perseverante que era.   Me escondí para observarla:  Ella saltaba, con sus patas delanteras bajaba la chapa y con las traseras mientras estaba en el aire empujaba la puerta, dejándola abierta.
Busqué la llave, la utilicé y el problema se solucionó, al menos ese.   Más tarde le expliqué a mi mamá y con doloroso orgullo, cuando vi a mi padrastro murmullé disculpas. Me imagino que las aceptó porque sólo se alejó balbuceando: ‹‹Yo te lo dije, yo te dije que yo no era.››

viernes, 8 de junio de 2012

Greka y los sonidos

Greka tenía una gran sensibilidad para lo sonoro, sino era su huesito verde el que sonaba, era ella tratando de comunicarse con uno, no ladrando ni aullando pero algo entre ambos sonidos.  Buscaba expresarse verbalmente y desde cachorra lo hacía, era innato.  
Si en los platos de las perras no había comida, era usual que Greka los tomara y somatara contra el suelo.  Parecía un preso sonando el plato contra las rejas.  Me entrenó.  Para evitar el molesto ruido siempre mantenían comida. No es que les faltara, sólo que antes de Greka se los servía en ciertas horas.

Yo estaba acostumbrada a que los perros me respondieran con gestos y mirada, con Cuquita (también la llamábamos así de cariño) fue como tener a un niño de meses que trataba de hablar.  Siempre contestaba con su casi rugido.   Cuando yo cantaba, ella hacía coro, claro, talvez se quejaba de mi voz, pero prefiero pensar que me acompañaba, además seguía los tonos.   

Le hice una canción, infantil como lo que ella producía en mí:
Greka, Greka consentida.
Greka de mi vida.
Greka de mi amoooooor.

Cuando yo cantaba amor, ella sabía que era su momento y “cantaba” para que termináramos al unísono la estrofa.   
Si hubiera tenido un piano, estoy segura que Greka habría aprendido a tocar una melodía antes que yo.

Con en ella se me cumplió un gran deseo de mi niñez: Que mi perrito hablara.  Debí ser más específica en lo que deseaba y pedir: Que mi perro hable español.  
Y aún así obtuve más de lo que la realidad dicta.  Fue una perra especial. Mi bella y graciosa Greka.

Hasta una próxima,
Nova A.S.G.

Pd:
Si se les pasó por alto, el miércoles 6 publiqué una historia extra para complementar la del viernes pasado.

miércoles, 6 de junio de 2012

Sí, es miércoles

No quise publicar este tema como la anécdota usual de los viernes, prometo que este próximo será sin quejas.  Pueden tomar esta publicación como un miércoles de bono.

Lo realizo así porque sé que estarán cansados de leer las desgracias que pasan los animales en nuestro país.  Lamentablemente es real y muchas veces el ritmo de vida: la familia, el trabajo, los hijos y el cansancio hacen que pasen desapercibidos estos sucesos.

Escribí el viernes pasado sobre Bamito (aún se busca hogar temporal para él) y los otros perros en las calles de Boca del Monte, y me acosté pensando, como todas las noches desde que la vi, en la perrita negra.
El sábado, tome un poco de concentrado, algunos desparasitantes, salchichas y fui a buscarla; al menos para que ella y los demás comieran y medicarlos.  No la encontré.

Mientras la buscaba logré darle de comer a cinco perros.  No muchos se acercan por la desconfianza que le tienen a los humanos luego de ser maltratados.  De los cinco a cuatro se les desparasitó. 
Tres de ellos, un macho y dos hembras dejaron fotografiarse y acariciarse.  En los huesos, con problemas de piel y sin un hogar. Nobles, dulces, respetuosos.  Deseosos de dar y recibir cariño.  Los he nombrado: Mizar, el macho canche. Zania, la perra negra. Y Aria, la perrita peluda. 



Mizar, Zania y Aria.  La última tuvo que ser sostenida con un collar para poder fotografiarla debido a la ilusión que tenía por la comida. No se le dejó puesto nada a ninguno para evitarles accidentes ya que ellos siguen viviendo en la calle.  Se podrán rescatar hasta que ofrezcan hogar temporal.

Con gusto los alimenté y con dolor me alejé de cada uno.  No puedo hacer más.
Agradecería y más lo harán los perros, si quien lee esto puede ayudarles a encontrar hogar aunque sea temporal. 
Si desean ayudar a alguno de los perritos mencionados de Boca del Monte pueden contactarme: guateperros-blog1@yahoo.com

No olviden, amar a sus mascotas, hacer el bien (en especial a un perro abandonado) y  leer el viernes la anécdota semanal.

Nova A.S.G.

viernes, 1 de junio de 2012

Caricias de lluvia

La lluvia, de nuevo la lluvia.  Pensamos en chocolate caliente y champurradas mientras escuchamos la música que el agua realiza al caer en los árboles y la tierra.  Una cobija es necesaria si la tarde enfría.  Y entonces, sin querer vemos una mancha de humedad en la pared que nos recuerda las realidades de otros.  Láminas, plásticos, botes para las goteras, música muy diferente, de uno u otro modo la conocemos.  

Luego, la imaginación va más allá del sonido y se recuerdan texturas y colores que brillan  por el agua; se mueven, respiran y tiemblan.  Duermen y están muriendo ante cada respiro, como todos nosotros, pero sin esperanza de un mejor mañana.  Los que estamos conscientes de ellos somos los de siempre y se nos van las fuerzas, los recursos.

Sigue lloviendo y continúo imaginándolos allí, en la calle, cubriéndose bajo cualquier cornisa que no los protege.
Alguno sueña porque consiguió alimento, otros no lo lograron.  Todos estuvieron en batalla por los desperdicios de las casetas, pequeños, grandes, los jóvenes y los no tanto. 
Ahora el calor es necesario y olvidan la riña por la tortilla y el pedazo de pan. Se agrupan.  La lluvia, los cansa; cada gota es una caricia, las únicas que conocen.
Son tantos perros y serán más. 
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La semana pasada, me tocó hacer lo que detesto hacer: Reportar un perro enfermo.
Los que podemos tener y mantener son menos de los que ya tenemos en casa de mi madre.  Aún, sabiendo ella que llegamos al límite, vino por mi y fuimos a ver a un perro que consideró su estómago se le veía extraño.  ¿Qué haríamos? Ni idea.
Al verlo de lejos pensé que era una perra embarazada a punto de parir, resultó ser macho.
Lo fotografiamos y no me quedó otra más que pedir ayuda.

Liza de Adopta una mascota se comunicó conmigo y proporcionó una solución contraria a los métodos: Teníamos que rescatarlo, buscar donaciones y mientras se trataba, fuera lo que tuviera, se le buscaría hogar temporal.  
Lo normal que se realiza, por razones de espacio es: encontrar en dónde ubicarlo, para luego tratarlo mientras se buscan donaciones. Los reportantes son la opción y en este caso no llegué ni a dar hogar temporal, lo expreso con total vergüenza.
El perro tuvo suerte, a los animales sin un lugar confirmado no se les puede tratar,  por eso no es de extrañar que ninguna otra asociación se pronunciara.
Si los que deseamos una mejor vida para los perros de la calle no colaboramos (hogares, donaciones monetarias y alimento) con las asociaciones a las que pedimos ayuda, estas no pueden trabajar.

Bamito, así lo nombre porque se encontraba enfrente del Bam en Boca del Monte, tiene una semana de estar siendo tratado en la veterinaria.  Sufrió un daño hepático por alimento (huesos, tortilla, quién sabe) y llegó al hospital veterinario Santa Teresa, justo a tiempo, casi no podía respirar.  Su estómago se ha reducido en gran parte y sigue en descenso.  Lo han renombrado Bambino, un nombre más tierno y que describe mejor su personalidad.

Pronto saldrá de la veterinaria aún faltan donaciones para sus medicinas y gastos veterinarios y urge encontrarle, al menos, un hogar temporal.  ¿Podría usted ser quien le de la oportunidad a este joven, dulce y amigable perrito?

Su rescate me ha dejado intranquila, sé que él ya tiene ayuda médica aunque aún necesita una familia, pero el día que fuimos a rescatarlo antes de ser encontrado vi al menos ocho perros en las casetas frente al banco. Y justo en donde se le vio a Bamito por primera vez estaba una perra joven, pequeña, de pelo no tan corto, negro, por supuesto desnutrida.  Ella me vio y sentí que decía: ¿Y por qué no me llevas a mí?

¿Quién quiere ayudar?



Bamito, el día anterior a su rescate. Fotografía para demostrar el estado de su estómago. Desconfiado de nuestras intenciones,  en está foto no muestra su personalidad jovial.

Pd:
Para colaborar o dar hogar temporal a Bamito (Bambino) comunicarse a: mascota.adopcion@gmail.com (contacto de Adopta una mascota)