viernes, 27 de septiembre de 2013

La piedra mágica

Un momento que no olvidaremos con Rk, fue el encuentro de la piedra mágica, así le llamamos.  

Perseo desde cachorro tenía afición por las piedras, tenía sus favoritas que había sacado del jardín.   Al principio se las quitábamos para evitar que se lastimara, pero siempre encontraba otra y otra.  Le gustaban mucho y las entraba para tirarlas en el suelo, escuchar cómo sonaban y en nuestros descuidos tratar de clavarles el diente.   Aún guardamos las dos piedras que cuidó por años.

Un día a Rk se le cayó un hielo, Persy lo escuchó, llegó  y vio esa piedra blanca, casi transparente.  No dejó que mi esposo la agarrara, porque logró tomarla antes.  Lo frío evitó que la mantuviera en la boca y la soltó por unos segundos, pero al ver que nosotros íbamos por ella la volvió a agarrar y corrió hacia el jardín.  Estaba feliz por su nueva “piedra”, se le notaba en sus ojos,  la colocó en la grama y en lo que el cachorro nos miraba orgulloso por su tesoro, el hielo se derritió.   Perseo pasó varios minutos buscándola.  En ese momento no creo que entendiera qué había pasado. 
Luego, conforme creció, supo que esas piedras eran diferentes y ya no perdió el tiempo llevándoselas a otro lugar; en cuanto encontraba una  de inmediato jugaba con ella, la derretía en su boca o la deslizaba en el piso empujándola con la pata o la nariz.  
Era un gusto observarlo, más porque siempre nos recordaba la cara de incredulidad que puso la primera vez cuando se le desapareció como por arte de magia.


Cada momento y acción cuentan, jueguen con su perro, obsérvenlo y sepan que esos recuerdos son los tesoros que ellos  nos dan y que perduran.


Hasta la próxima
Nova A.S.G.


P.D.
Mañana 28 de septiembre es el Día Mundial Contra la Rabia.   No olviden vacunar a sus mascotas y en la medida de lo posible a las que no tienen un hogar.

He estado leyendo que en este mes en los Centros de Salud de Guatemala estarán proporcionando la vacuna de forma gratuita gracias al apoyo del Ministerio de Salud, sin embargo no he encontrado un enlace para corroborar esta información.  Si usted está interesado pregunte en el Centro de Salud más cercano.

viernes, 20 de septiembre de 2013

La perseverancia de Gecko

Como he relatado en ocasiones anteriores, Gecko fue el más pequeño de la camada pero  también el más perseverante, al punto de obcecado.  Se creería que por su tamaño fue el último en aprender o realizar ciertas actividades, sin embargo para todo él era el primero. 

En casa, la entrada canina desde el jardín tenía (ahora sólo es una) dos pequeñas gradas de no más de diez centímetros cada una y tienen que cruzar una “puerta” colgante plástica.  Todo un reto para unos cachorros que apenas corrían sin tropezarse.   La altura era suficiente como para no preocuparme de que entraran sin mi permiso, ni siquiera les llamaba la atención mordisquearla que fue lo que pensé que harían.   Un día Gecko me sorprendió, estaba llorando a media sala, el único adentro y se sentía solo.   

Luego de varios días de realizar el ritual de sacarlo de regreso a que jugara con los demás en el jardín, observé que Gecko comenzaba a esperar a sus hermanos con medio cuerpo afuera, y medio adentro; así les enseñó la mágica puerta que los llevaba a los magníficos y gigantescos juguetes para morder dentro de la casa: las sillas, los sillones y todo aquello que encontraran a su paso.

A partir de ese día fue imposible dejarlos afuera por ratos como solía hacer, si cerraba el paso se ponían a llorar al unísono de una manera que le sacarían lágrimas a una piedra y aunque quería que aprendieran a obedecer no debía estimular a que lloraran cuanto quisieran, no a todos les causa ternura; otros podrían creer, a lo lejos, que estaban siendo mal cuidados; y hay quienes no gustan de los animales y el gimoteo de cinco cachorros podrían molestarlos.   ¡El jardín y el primer piso fueron conquistados!

Ellos entraban y salían, olfateaban, jugueteaban y de cuando en cuando lloraban para llamarme, cuando yo estaba en el segundo nivel.  Eso era lo que querían, estar conmigo todo el tiempo, pero por más que yo también lo deseaba no dejaría que me manipularan y más aún que se volvieran dependientes de estar cerca de un humano, se tenían unos a otros y para ciertos momentos eso debía ser suficiente para que la pasaran bien.  Como la altura de cada grada es de unos 30 centímetros, creí que tendría unos veinte días más en lo que ellos crecían y comenzaban sus intentos de subirlas.

Una semana y empezamos a ejercitarnos.   Gecko subía dos gradas y se daba cuenta de que no podía más, se sentía perdido al igual que el valor de bajar y Rk o yo teníamos que bajar a regresarlo a la sala con los demás.    Fuimos testigos el día que logró subirlas todas y ese fue el fin de nuestro imperio humano porque los demás se echaron a la conquista de las alturas. 

Pero esa valentía que Gecko demostró también fue forjada, con cada primer paso infructuoso que dio, en un segundo y tercer intento recibió ayuda.  No se imaginarán de quiénes: abuela Skippy y tía Musa.  Las vimos ante cada triunfo de Gecko,  lo apoyaron, una de un lado de la puerta y la otra del otro.   Una arrinconándolo hacia la pared de las gradas y la otra con la nariz  empujándolo para que lograra subir, una y otra vez.  Fue sorprendente ver a las ancianas enseñando a un cachorro a realizar las actividades que ellas hacían.   Más interesante fue que a quien ayudaron fue al más pequeño y no a los demás. 

¿Estaban conscientes del tamaño o de la perseverancia del cachorro?  Podrían ser ambas las razones, pero también tengo que agregar que más que enseñarlo lo que hicieron fue consentirlo, permitiéndole hacer lo que él deseaba.   Gecko fue y es el más mimado, esa carita tierna todavía engaña a todos, incluyéndome. 

Esa es la razón por la que es tan malcriado, pero es un dulce y sabe qué cara poner para conseguir lo que quiere.   Todos sabemos que nos manipula, pero ninguno se atreve a detenerlo. ¿Por qué lo haríamos? Él es feliz y nosotros también.

Gecko recibiendo la sabiduría de su abuela Skippy.


No olviden compartir con su perro y ayudar a uno sin hogar.  Si quieren ideas de cómo hacerlo les dejo un enlace, de uno de los muchos casos aquí en Guatemala:






Hasta la próxima

Nova A.S.G.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Decisiones humanas y escapes caninos




Esta semana cometí una imprudencia, idiotez, irresponsabilidad; como deseen llamarle, es aceptable.   
Llevé a Nova a una revisión, ella ha estado con la presión arterial alta, sin  embargo ningún examen demuestra que sea una consecuencia secundaria de otro mal.  Por eso quería asegurarme de que no necesitara rayos X o un electrocardiograma, lo cual dependía de cómo estuviera su examen físico. Ella estaba muy agitada en la clínica,  y la doctora no lograba escuchar con claridad el corazón, por eso me sugirió que caminara con Nova para que se tranquilizara, y en unos minutos volvería a examinarla.  La clínica está dentro de una tienda de concentrado y juguetes para mascotas, entonces dejé que Nova tomara el camino que deseaba y que investigara a su gusto.  

En esta tienda es usual que los perros anden sueltos cuando la familia lo permite porque están seguros de que no escaparán.  Por eso tomé la decisión de soltarla para que no jaloneara y se sintiera cómoda para cuando la revisaran.  Nova jamás se ha alejado de mi, con o sin correa y siempre atiende de inmediato a mi llamado, pero el jamás y el siempre cambian inesperadamente y aunque no  estábamos ni cerca de la puerta se escapó a gran velocidad.   Corrí atrás de ella llamándola, viendo lo cerca que estuvo de ser atropellada tres veces en el parqueo anexo por autos que retrocedían. 
Que nunca se corre a un perro, en parte es cierto, cuando uno observa que están jugando, que voltean a ver para esperarlo a uno y continuar la carrera en cuanto uno se acerca.   Pero Nova corrió despavorida, luego vi que se arrepintió pero sabía que lo que había hecho estaba mal y por ello volvió a correr alejándose.   Estaba cerca de salirse del parqueo para agarrar la calle, pero se paró confundida, indecisa de qué camino tomar.  Fue cuando la alcancé y le puse el collar, la cargué y cuando estábamos en la acera la coloqué en el suelo para que caminara a mi lado pero ella logró zafarse el collar y volvió a escapar, esta vez se detuvo a pocos metros y dejó que la agarrara sin poner resistencia. 

Entre tanto susto, le pregunté a la doctora si mejor me revisaba a mi, porque resultó que a Nova se le escuchaban sus latidos en excelente estado, en cambio yo sudaba, tenía poco aíre y sentía que el corazón se me salía.

Una pareja recibía en ese momento a sus perritos del servicio de grooming, a uno lo dejaron suelto y el esposo le dijo a su señora: mejor ponle la correa, no sea que salga corriendo. Fueron testigos de mi persecución y él no quería enfrentarse a una situación similar.  Ella le respondió: no, él jamás lo hace y siempre viene cuando lo llamo.  ¿Les parece esta frase conocida?

Nova ha ido antes ahí, siempre bajo mi cuidado y por eso sé que la tratan bien.  Nunca antes la había soltado (ni en sueños lo repetiré).  ¿Por qué decidió escapar y desobedecerme?   Sólo ella lo sabe.    Por un error de juicio mío, en la búsqueda de una respuesta para que esté sana estuve a punto de perderla por atropello.
 
Lean,  aprendan y eviten cometer mis errores.  Llega el momento en el que, el jamás termina y el siempre se detiene y por ello pasan accidentes que pudieron ser prevenidos. 

Siempre con cuidado, no bajen la guardia y no se confíen.

Hasta la próxima
Nova A.S.G.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Mascotas y temblores

Nunca se sabe cuando podemos salir afectados por una inundación, sismo o un derrumbe.   Hace tres horas que en Guatemala sentimos un temblor por largo rato (en estos casos más de dos segundos que se mueve la casa y es largo), en diferentes puntos los sentimos con mayor o menor intensidad.  Pero sin importar que tan grave es,  cuando sucede algo como esto prefiero estar en mi hogar, no tanto por mi seguridad sino porque así puedo estar pendiente de mis perritos.

El año pasado Circe me tomó por sorpresa al ladrar poco antes de que temblara, ya he comentado que ella no tiene ese hábito, así que pensé que a partir de ese momento tenía una alarma personal para avisarnos.   Hoy, justo antes de que la casa empezara a marearme vi a los perros.  Keyla dormía en el cojín más grande, Nova descansaba sobre una almohada en el sillón (es su costumbre), Gecko regresaba de tomar agua y Circe roncaba con tranquilidad sobre su cojín favorito.   Comenzó a temblar y sólo Gecko, de inmediato volteó a vernos.  Mi esposo y yo somos bastante tranquilos ante estas situaciones y el perro al observar que nosotros nos manteníamos calmados, él también se sentó en el lugar que estaba.  Fue cuando Circe despertó, nos miró, sintió que el piso la meneaba y no sé si su reacción se debió al ver a los otros o poco le importó que estuviera temblando.   Hasta ahí llegó mi alarma sísmica  canina y de ahora en adelante seguiremos como al principio: esperando lo inesperado, como todos.

Estos sucesos nos recuerdan a realizar planes de emergencia y entre ellas a tener un contacto cerca de nuestra residencia en caso de que no estemos en casa y necesitemos que verifiquen a nuestras mascotas, esto nos dará más tranquilidad por si estamos lejos o en caso el acceso hacia nuestro hogar este afectado. Muy importante: que nuestras mascotas siempre tengan una placa de identificación.  

Hoy, luego del sismo, Gecko se puso nervioso y llamó a todos hacia la ventana que da a la calle, creí por un momento que nos advertía de un segundo movimiento telúrico.  Me asomé al balcón y resultó que era Boy, un perro vecino que iba camino a su paseo y a quien tampoco le interesó si la tierra se movía de forma extraña o no.
Sin embargo aún creo que debo atender a los llamados de mis perros, la mayoría de las veces será por intereses caninos que lo harán, pero alguna vez podrá ser de importancia de todos.

Les dejo el enlace de WSPA-Latinoamérica en donde publican 10 ideas para crear un plan de emergencia que incluye a las mascotas.  Cuiden a sus perros, ayuden a los que no tienen hogar y sean felices.


Hasta la próxima,
Nova A.S.G.