viernes, 24 de diciembre de 2010

¡Felices fiestas!

En estas fiestas y en la vida cotidiana, no olvidemos compartir con aquellos seres que necesitan cariño, alimento y un hogar.  Son los mejores regalos que podemos dar y recibir.
Los Cuachuchitos, Musa y la autora de este blog les deseamos felices celebraciones al lado de todos sus seres amados.

¡Felices fiestas!


viernes, 17 de diciembre de 2010

Quinto cumpleaños

Cinco años cumplieron ayer mis Cuachuchitos, así les digo a los cuatro Cocker Spaniels hermanos.   Golosinas y abrazos extras recibieron mis peludos.

De las fotografías que se les tomaron, intentado que salieran juntos, ninguna salió bien.   Para ellos fue un juego, saltando enfrente de quien tenía la cámara, huyendo de quien los llamaba a sentarse por un segundo; corriendo de sillón en sillón, con las orejas corridas hacia atrás, como se ven los perros escapando de las carnicerías al robar un hueso.   Fueron más rápidos que el autoenfoque de la cámara y que la seudofotográfo, que reía a más no poder.

Las imágenes sólo tienen sentido para mi esposo y para mí.  Las veremos algún día, dentro de algunos años y no necesitaremos explicaciones del porqué la foto salió cortada, borrosa, o con ojos ya no rojos sino blancos.  Pensaremos en Musa, la Cocker de catorce años, que no salió en ninguna fotografía porque prefirió (con justa razón) seguir durmiendo en su cálido rincón en lugar de participar en la algarabía de los jóvenes cumpleañeros. 

Los Cuachuchitos hoy están cansados, acurrucados entre sí, tal vez esperando otro momento igual que ayer, porque para ellos las fechas no tienen relevancia, sólo las caricias y el tiempo que se les dedica.   Y por qué no, mejor dejo esto por hoy y me retiro para disfrutar de mis chiquitos.


viernes, 10 de diciembre de 2010

Perros y coheterías

Como escribí la semana anterior: “Estamos en época navideña.”   Por lo mismo vamos a tener que aguantarnos la cohetería de quienes tienen por costumbre celebrar de esa manera.

Publicidad proveniente de los amantes de los animales comienza a circular, en donde solicitan que en las fiestas no se use pirotecnia. Explican que los perros son cuatro veces más sensibles a los sonidos que los humanos, que se angustian, que se desorientan.
Y por si el lector no se interesó por los canes, una frase con la imagen de un niño vendado dice: “Si no lo haces por ellos (los perros) hazlo por los tuyos.” ¡Tienen toda la razón! 

Ahora nos toca a los demás, y como quien toca la misma canción, repito: Eduquemos.
Informemos a todas las personas que conozcamos, sobre la consecuencia de la cohetería en los perros: Se estresan.  Y el estrés desencadena un comportamiento anormal: agresividad, escapan de casa, destruyen objetos. Esto es con los canes que tienen un hogar, imaginen los miles (porque sí son miles) de perros callejeros que sufren más de lo que ya acostumbran, debido a estos ruidos. 

Y mientras convencemos al mundo de celebrar sin el escándalo, escribo unos consejos para las celebraciones:
  • No todos los perros reaccionan igual, pero sin importar como lo hagan, la mayor recomendación que puedo brindar es: Nunca exponga a un animal cerca de cohetes.  Ni siquiera apagados, una chispa puede caer cerca, o podrían ser masticados por el animal.
  • Observe a su mascota y tome en cuenta su comportamiento en estos días si piensa dejarlo solo.   Si no va a estar usted en casa a las horas de la cohetería, provéale un lugar seguro, ventilado, pero asegurándose de que no haya posibilidad que le caiga un petardo. Si piensa salir por varios días y no hay quien lo cuide, cotice hoteles para mascotas, alguno se ajustará a sus necesidades y economía.
  • No automedique a su mascota, para tranquilizarlo.  El Veterinario Homeópata Jorge S. Muñoz dice: La gente recurre a los tranquilizantes o sedantes, y los medica por su cuenta. Deben saber que estos sedantes, son muy potentes, bajan la presión sanguínea y pueden ser peligrosos. Deben ser manejados e indicados por profesionales,  y que les den la dosis correcta a cada individuo.


Buscando la información más apropiada sobre perros y reacciones ante la pirotecnia, encontré la página Web: Homeovet, en la que hay un artículo escrito por el Veterinario Homeópata Jorge S. Muñoz, acerca del tema.
La explicación que escribe de la conducta canina ante los ruidos de las celebraciones, me pareció adecuada para que las personas aprendamos a conocer más a nuestra mascota y la influencia que tenemos sobre ella.  Según el comportamiento del perro, los ha catalogado en cinco grupos, cada una con ejemplos.  
Y ahora usted se preguntará: ¿En qué grupo se encuentra mi perro?  Para que no se quede con la duda, dejo el enlace a continuación:   Temor a los cohetes en los perros

viernes, 3 de diciembre de 2010

Celebraciones extravagantes

Estamos en la época navideña.  Coloridos adornos, música, tamales. ¡Ah! Delicioso.  Y con todo esto la molesta cohetería.
Cuando comentamos con amigos, la mayoría de los perros tienen terror a los estruendos que causamos en nuestras celebraciones.  Unos en mayor grado y otros no tanto.

Consentida temblaba y buscaba de una persona de confianza para estar a la par de ella, casi siempre era yo.  En casa no comprábamos y como a mi no me llaman la atención los cohetes (porque no encuentro la diversión en un sonido que me revienta los oídos), Cony y yo nos manteníamos alejadas del escándalo.  Skippy, ladraba queriendo saber la causa de tal alboroto, así que se asomaba por la ventana a mirar.
Las luces artificiales se pusieron de moda y con la cohetería se sumaron centelleantes colores.   Skippy comenzó a prestar atención a las luces y los ladridos ya no fueron tan nerviosos.  Como ella era tan especial, pensé que era porque quería demostrar valentía ante un miedo natural.  Pero resultó luego que Greka (hija de Skippy), no se preocupó mucho por el sonido y tenía también la tendencia a admirar la iluminación.   No tenían problemas auditivos, sólo que no se estresaban tanto.

Ahora, en casa convivimos con cinco Cocker Spaniels.   Musa, la mayor de catorce años, casi no oye, entonces no hay mucha respuesta por parte de ella en estos días.
Pero la celebración de media noche ha cambiado un poco gracias a los otros cuatro, bisnietos de Cony.  Sólo los que han participado en nuestras veladas Navideñas y de Año Nuevo lo creen a fuerza de verlo.
Al escuchar el bullicio, los hermanos Cocker, corren de ventana a ventana buscando las luces y atrás vamos los humanos mientras nos damos los abrazos.  Ellos saltan entre las personas, celebran el momento.  Corren de nuevo si dejan de ver los brillos entre la noche, para buscarlos en otro lado.   Son como niños emocionados que se sienten apoyados por sus padres y en ese momento no puedo ser más feliz, por ver cuanto se divierten, por compartir con mis peludos y por tener una familia que acepta a mis extravagantes caninos.