Estamos en la época navideña. Coloridos adornos, música, tamales. ¡Ah! Delicioso. Y con todo esto la molesta cohetería.
Cuando
comentamos con amigos, la mayoría de los perros tienen terror a los
estruendos que causamos en nuestras celebraciones. Unos en mayor grado y
otros no tanto.
Consentida temblaba y buscaba de una persona de
confianza para estar a la par de ella, casi siempre era yo. En casa no
comprábamos y como a mi no me llaman la atención los cohetes (porque no
encuentro la diversión en un sonido que me revienta los oídos), Cony y
yo nos manteníamos alejadas del escándalo. Skippy, ladraba queriendo
saber la causa de tal alboroto, así que se asomaba por la ventana a
mirar.
Las luces artificiales se pusieron de moda y con la cohetería
se sumaron centelleantes colores. Skippy comenzó a prestar atención a
las luces y los ladridos ya no fueron tan nerviosos. Como ella era tan
especial, pensé que era porque quería demostrar valentía ante un miedo
natural. Pero resultó luego que Greka (hija de Skippy), no se preocupó
mucho por el sonido y tenía también la tendencia a admirar la
iluminación. No tenían problemas auditivos, sólo que no se estresaban
tanto.
Ahora, en casa convivimos con cinco Cocker Spaniels.
Musa, la mayor de catorce años, casi no oye, entonces no hay mucha
respuesta por parte de ella en estos días.
Pero la celebración de
media noche ha cambiado un poco gracias a los otros cuatro, bisnietos de
Cony. Sólo los que han participado en nuestras veladas Navideñas y de
Año Nuevo lo creen a fuerza de verlo.
Al escuchar el bullicio, los
hermanos Cocker, corren de ventana a ventana buscando las luces y atrás
vamos los humanos mientras nos damos los abrazos. Ellos saltan entre
las personas, celebran el momento. Corren de nuevo si dejan de ver los
brillos entre la noche, para buscarlos en otro lado. Son como niños
emocionados que se sienten apoyados por sus padres y en ese momento no
puedo ser más feliz, por ver cuanto se divierten, por compartir con mis
peludos y por tener una familia que acepta a mis extravagantes caninos.