viernes, 1 de junio de 2012

Caricias de lluvia

La lluvia, de nuevo la lluvia.  Pensamos en chocolate caliente y champurradas mientras escuchamos la música que el agua realiza al caer en los árboles y la tierra.  Una cobija es necesaria si la tarde enfría.  Y entonces, sin querer vemos una mancha de humedad en la pared que nos recuerda las realidades de otros.  Láminas, plásticos, botes para las goteras, música muy diferente, de uno u otro modo la conocemos.  

Luego, la imaginación va más allá del sonido y se recuerdan texturas y colores que brillan  por el agua; se mueven, respiran y tiemblan.  Duermen y están muriendo ante cada respiro, como todos nosotros, pero sin esperanza de un mejor mañana.  Los que estamos conscientes de ellos somos los de siempre y se nos van las fuerzas, los recursos.

Sigue lloviendo y continúo imaginándolos allí, en la calle, cubriéndose bajo cualquier cornisa que no los protege.
Alguno sueña porque consiguió alimento, otros no lo lograron.  Todos estuvieron en batalla por los desperdicios de las casetas, pequeños, grandes, los jóvenes y los no tanto. 
Ahora el calor es necesario y olvidan la riña por la tortilla y el pedazo de pan. Se agrupan.  La lluvia, los cansa; cada gota es una caricia, las únicas que conocen.
Son tantos perros y serán más. 
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La semana pasada, me tocó hacer lo que detesto hacer: Reportar un perro enfermo.
Los que podemos tener y mantener son menos de los que ya tenemos en casa de mi madre.  Aún, sabiendo ella que llegamos al límite, vino por mi y fuimos a ver a un perro que consideró su estómago se le veía extraño.  ¿Qué haríamos? Ni idea.
Al verlo de lejos pensé que era una perra embarazada a punto de parir, resultó ser macho.
Lo fotografiamos y no me quedó otra más que pedir ayuda.

Liza de Adopta una mascota se comunicó conmigo y proporcionó una solución contraria a los métodos: Teníamos que rescatarlo, buscar donaciones y mientras se trataba, fuera lo que tuviera, se le buscaría hogar temporal.  
Lo normal que se realiza, por razones de espacio es: encontrar en dónde ubicarlo, para luego tratarlo mientras se buscan donaciones. Los reportantes son la opción y en este caso no llegué ni a dar hogar temporal, lo expreso con total vergüenza.
El perro tuvo suerte, a los animales sin un lugar confirmado no se les puede tratar,  por eso no es de extrañar que ninguna otra asociación se pronunciara.
Si los que deseamos una mejor vida para los perros de la calle no colaboramos (hogares, donaciones monetarias y alimento) con las asociaciones a las que pedimos ayuda, estas no pueden trabajar.

Bamito, así lo nombre porque se encontraba enfrente del Bam en Boca del Monte, tiene una semana de estar siendo tratado en la veterinaria.  Sufrió un daño hepático por alimento (huesos, tortilla, quién sabe) y llegó al hospital veterinario Santa Teresa, justo a tiempo, casi no podía respirar.  Su estómago se ha reducido en gran parte y sigue en descenso.  Lo han renombrado Bambino, un nombre más tierno y que describe mejor su personalidad.

Pronto saldrá de la veterinaria aún faltan donaciones para sus medicinas y gastos veterinarios y urge encontrarle, al menos, un hogar temporal.  ¿Podría usted ser quien le de la oportunidad a este joven, dulce y amigable perrito?

Su rescate me ha dejado intranquila, sé que él ya tiene ayuda médica aunque aún necesita una familia, pero el día que fuimos a rescatarlo antes de ser encontrado vi al menos ocho perros en las casetas frente al banco. Y justo en donde se le vio a Bamito por primera vez estaba una perra joven, pequeña, de pelo no tan corto, negro, por supuesto desnutrida.  Ella me vio y sentí que decía: ¿Y por qué no me llevas a mí?

¿Quién quiere ayudar?



Bamito, el día anterior a su rescate. Fotografía para demostrar el estado de su estómago. Desconfiado de nuestras intenciones,  en está foto no muestra su personalidad jovial.

Pd:
Para colaborar o dar hogar temporal a Bamito (Bambino) comunicarse a: mascota.adopcion@gmail.com (contacto de Adopta una mascota)

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