viernes, 5 de octubre de 2012

Circe



Hace un par de semanas con esa visión de rayos perros que tengo, vi a un perro en la gasolinera que suelo pasar.  No es la primera vez, con los años he observado a varios perros por ahí, en especial en la época de verano, me imagino que llegan de La Plaza Berlín a tomar agua y a descansar de sus ajetreados días de búsqueda de comida.  Nadie los molesta y ellos no molestan a nadie.  
Sin embargo este perro me llamó la atención porque se notaba joven y estaba solo.  Era la primera vez que lo veía.
Suspiré resignada porque en Guatemala no es inusual y por lo mismo siempre llevo un poco de comida canina para repartir en algunos de los casos que encuentro.  Le dejé la comida en el lugar que me pareció mejor, alejada de las personas y cubierta por techo.  El perro se acercó al alimento, humillado y tímido.  Le hablé y se arrinconó.  Su cola entre las piernas y mis prisas me confundieron, pensé que era macho.
En casa, le comenté a mi esposo y me dijo que sí lo había visto esa madrugada ahí y que recién, en su regreso a casa, lo había visto del otro lado de la avenida, junto a los soldados. 

En los días siguientes cada vez que pasaba por el lugar prestaba atención, para dejarle comida.  Unos días no lo vi y otros, ciertamente hacía guardia junto a los uniformados. 
Siempre de “pasadita” a dejarle concentrado, recibía una movida de cola de lejos y seguía mi camino.  No me iba tranquila y menos cuando lo miraba tirado junto a la banqueta sobre la calle.  La primera vez pensé que ya lo habían atropellado, pero parece que le resultaba agradable el calor del asfalto.  Cosas de perros que no conocen el peligro y la maldad de algunas personas.

El jueves pasado con un poco más de tiempo y que el perro estaba más confiado, en agradecimiento me enseñó su pancita.  ¡Era perra!  Lo escribo con signos de admiración porque eso significaba que en unos meses estaría en celo, luego embarazada y después… Bueno me imaginaba llorando al ver a los cachorros atropellados en la hincapié por seguir a su mamá.

Hablamos con mi esposo y decidimos hacer algo que nos parte el corazón, pero si no podemos brindarle ayuda completa al menos evitará que otros sigan en la misma vida riesgosa: la castraríamos. Le cuidaríamos su post operatorio y luego la dejaríamos en donde la encontramos. 
Me da malestar escribirlo, pero si la gente no adopta a los abandonados de raza, imagínense lo que cuesta con los mestizos. Mis contactos para ubicar perros se me acabaron, mi mamá que tiene el espacio ya está saturada, mis perros aunque pequeños son territoriales y tampoco se trata de que ellos vivan encerrados y la perra viva confinada en 1 metro cuadrado (el espacio que utilizaría para cuidarla mientras se cura) esperando a que alguno llegue para sacarla a hacer sus necesidades.  La decisión estaba tomada, en los días siguientes buscaría la próxima jornada de castración y la llevaríamos aunque fuera a crédito.

El día siguiente, de nuevo le llevé comida y entonces creí ver que ya estaba en celo.  Ya no tendríamos un par de semanas como lo planeamos, había que esterilizarla de urgencia.
El sábado, con mi esposo fuimos a buscar a la perra para desparasitarla y colocarle antipulgas. Bajo la lluvia y mientras platicábamos con los soldados sobre lo que estábamos haciendo y porqué, lo hicimos y le dimos de comer.
En esos pocos días de alimento se notó el cambio. Sus costillas no eran tan notorias y no estaba tan asustada de las personas.

El lunes llamé a Mascotas X Amor, una de las asociaciones pro animalistas.  Tenía pensado llamar a todas para saber cuál tendría la jornada más próxima.  No tuve que hacerlo.  La suerte estaba de nuestro lado, el miércoles Mascotas X Amor haría una y además me quedaba cerca.

La he llamado Circe, aunque en el circuito de adopciones de la asociación pensaron que aún no la había nombrado y la llamaron Anesí. 
Apenas lleva dos días de operada y por el espacio en el que está, se la pasa aburrida y en cuanto nos ve se pone ansiosa y desea pararse en dos patas, cosa que en la calle no hacía.  No se lo permito, por su recuperación y porque espero que siga teniendo suerte y en lo que se recupera alguien pueda darle hogar. Por eso deseo que siga con buenas costumbres.
Esta perra gusta de la cercanía de las personas, no le importa el pequeño espacio sino la soledad. Es por eso, creo, que asistía a las guardias.  A pesar de vivir en la calle, su recorrido no sobrepasó los 100 metros, y sólo porque se tenía que cruzar la calle.  En la gasolinera por la noche tenía techo y por el día buscaba compañía.

Circe es cariñosa, su timidez disminuyó aunque todavía se pone nerviosa.  No entiende el concepto de collar y cada vez que la jalo para sacarla al jardín se echa, así que la tengo que llevar cargada, ella se pone rígida y cualquiera diría que llevo una estatua.  Pero es entendida, se queda quieta cuando se lo pido y presta atención con seriedad.  No ladra y espero que continúe así, que no agarre las malas costumbres de mis Cuachuchitos cuando vienen visitas.
He tenido algunas perras rescatadas, y Circe entra en el grupo de las tranquilas.  No es traviesa, no toca las plantas, en su patiecito hay botes que serían fáciles de tirar sin querer, sin embargo siguen en el mismo lugar. Y como la mayoría de los perros que han vivido en la calle ya está educada, no le gusta ensuciar el piso.

Por casos como este insisto en que adopten en lugar de comprar. Hay perros de raza y mestizos que lo único que desean es complacer a su propia familia.
El qué será de la vida de Circe en un par de semanas aún es una incógnita, existe un plan pero también la esperanza de que en estos días llegue una familia para ella.   Al menos de algo estoy satisfecha y segura: en unos meses no veré hijos de Circe en la calle, desnutridos, maltratados o atropellados y mucho menos nietos. 

Sin querer, me parece que mi esposo y yo hemos celebrado el Día Internacional de los Animales que fue ayer 4 de octubre, de una buena manera.  Ahora usted podría celebrarlo decidiéndose a adoptar a Circe.  

Si desea adoptar a Circe deje su comentario o comuníquese con Mascotas X Amor (Fanpage de Facebook) o escriba al e-mail: mascotasxamor@gmail.com , asunto: Circe-Anesi de Nova A.S.G.



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