De
anécdotas, recomendaciones, solicitudes para que colaboren con y por los
perros, quejas y demás publicaciones, he llegado al número 100.
¡No lo imaginé! Pensé que era una de esas vagas ideas que se me ocurren y que en semanas lo olvidaría. Luego vi en las estadísticas que tenía un lector diario. Así que a siete personas les interesó lo que escribía (Sé que no era nadie más de mi familia, porque no saben que lo hago). El número de lectores con las semanas creció y por lo mismo seguí escribiendo.
El tema estuvo definido desde el principio por el nombre, lo difícil fue como comenzar y qué decir, pero a veces pensar para uno mismo y trasladarlo a la escritura funciona y así es como he ido avanzando.
Gracias a los que me han leído, a los que les ha gustado y continúan haciéndolo, también agradezco a los que leyeron y no les interesó, han sido muy amables en no dejar una crítica ofensiva como he visto que pasa en otros blogs.
Este número cien se lo dedico a todos los perros que han sido parte de mi vida, a los que de alguna manera he protegido, a los que he conocido o a los que me han brindado una idea.
En especial a mis Cuachuchitos que tienen la paciencia de esperarme a los pies, para que yo termine de escribir en este dichoso escritorio, me imagino que piensan: ‹‹¿Qué tanto diablos hace en este lugar?››
Les dejo con las imágenes de los perros que con mi familia hemos logrado rescatar de las calles. Ellos también nos han ayudado a recordar que hay muchos más que necesitan ayuda y que decir: ‹‹Me gustan los perros››, no debe ser sólo una frase.
¡No lo imaginé! Pensé que era una de esas vagas ideas que se me ocurren y que en semanas lo olvidaría. Luego vi en las estadísticas que tenía un lector diario. Así que a siete personas les interesó lo que escribía (Sé que no era nadie más de mi familia, porque no saben que lo hago). El número de lectores con las semanas creció y por lo mismo seguí escribiendo.
El tema estuvo definido desde el principio por el nombre, lo difícil fue como comenzar y qué decir, pero a veces pensar para uno mismo y trasladarlo a la escritura funciona y así es como he ido avanzando.
Gracias a los que me han leído, a los que les ha gustado y continúan haciéndolo, también agradezco a los que leyeron y no les interesó, han sido muy amables en no dejar una crítica ofensiva como he visto que pasa en otros blogs.
Este número cien se lo dedico a todos los perros que han sido parte de mi vida, a los que de alguna manera he protegido, a los que he conocido o a los que me han brindado una idea.
En especial a mis Cuachuchitos que tienen la paciencia de esperarme a los pies, para que yo termine de escribir en este dichoso escritorio, me imagino que piensan: ‹‹¿Qué tanto diablos hace en este lugar?››
Les dejo con las imágenes de los perros que con mi familia hemos logrado rescatar de las calles. Ellos también nos han ayudado a recordar que hay muchos más que necesitan ayuda y que decir: ‹‹Me gustan los perros››, no debe ser sólo una frase.
Al Beagle, el Cocker anciano, Zulu y el Shusho se logró localizar a los propietarios y fueron entregados luego de verificar que eran sus hogares.
Milagro fue adoptada por mi madre, fue una gran compañera hasta que la perra murió.
Bob y Patri (de quienes los costos de castración fueron donados por AMA) fueron adoptados juntos y continúan siendo compañeros inseparables.
Beto fue adoptado gracias a la colaboración de Adopta una Mascota.
A Montufar, Aurora y Priscy logramos encontrarles hogares adecuados
Horus, por falta de espacio, tuvimos que cuidarlo desde donde estaba mientras lográbamos ubicarlo. No pasaron tres días para cuando nuestros amigos Roberto y Olga le brindaron un hogar.
Algunos han fallecido y fueron bien cuidados desde que llegaron hasta su muerte. Mientras tanto, a los demás se les da hogar temporal, porque no cualquiera pasa los requisitos de mamá.
Hasta una próxima, Ana S. Godoy (Sí lo dije, esa soy yo.)
Milagro fue adoptada por mi madre, fue una gran compañera hasta que la perra murió.
Bob y Patri (de quienes los costos de castración fueron donados por AMA) fueron adoptados juntos y continúan siendo compañeros inseparables.
Beto fue adoptado gracias a la colaboración de Adopta una Mascota.
A Montufar, Aurora y Priscy logramos encontrarles hogares adecuados
Horus, por falta de espacio, tuvimos que cuidarlo desde donde estaba mientras lográbamos ubicarlo. No pasaron tres días para cuando nuestros amigos Roberto y Olga le brindaron un hogar.
Algunos han fallecido y fueron bien cuidados desde que llegaron hasta su muerte. Mientras tanto, a los demás se les da hogar temporal, porque no cualquiera pasa los requisitos de mamá.
Hasta una próxima, Ana S. Godoy (Sí lo dije, esa soy yo.)
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