viernes, 2 de septiembre de 2011

Lindo piojoso II (La adopción)

Lindo Piojoso, le puse de apodo al perrito encontrado el 17 de agosto. Beto, lo llamó mi mamá para que lo identificaran en la veterinaria y Gizmo, el nombre que Liza Vela (una de las voluntarias de Adopta una Mascota) mencionó como el ideal para el perrito.  Este último fue la mejor ocurrencia.

Beto tuvo suerte, las chicas de Adopta una Mascota le encontraron hogar en tiempo récord. Y es que eran tres las opciones, al final la decisión se consideró en base a quién estaba dispuesto a llevárselo de inmediato a casa como estaba, que continuara el tratamiento; y que ofreciera adopción segura, sin condiciones.

La urgencia de entregarlo era por los perros grandes, Beto se sentía mejor y podría intentar salirse del área segura, además me harían una  operación en esos días y por lo mismo no iría a ver su progreso y vigilar que lo estuvieran cuidando como se debía, al menos por dos semanas.
M. Inés lo adoptó, con piojos o sin piojos, ella lo quería ya.  

En lo que lo llevábamos al punto de entrega, Beto fue muy entendido.  Vio la caja y le dije: ‹‹Adentro, que te llevo con tu nueva familia.›› Él entró, se acomodó y en el camino realizó un intento de salirse de ella, del que desistió cuando le hice una seña indicándole la caja.  
Los perros rescatados tienen una inteligencia extraordinaria y es lamentable que la mayoría de las personas no lo sepan o no lo crean, porque entonces habría menos perros callejeros.

De no ser porque en casa se está tratando el problema de piel de una de mis hijas caninas, si no Beto se habría quedado aquí (para evitar contagiarlo a él y que él contagiara a la mía).  Hubiera costado mucho, porque los Cuachuchitos son malcriados, territoriales, en fin.  Pero el tamaño del perrito lo hacía posible.

Llegamos al lugar, adoptante y contacto esperaban ansiosas la llegada de Beto. Desde que lo vieron las jóvenes lo abrazaron, lo mimaron y lamentaron la condición en la que estaba.   Luego de conocernos en persona y dar la poca información que sabía del perrito, nos despedimos.   Es de las veces que me porté más fría, sé que si le hacía un solo cariño era suficiente para llevarme a Beto de regreso.

Cinco días después, según me dijo M. Inés, él juega todavía con reserva, y a pesar de sus problemas piel y la cojera de una pata (con la que ya no se apoyó más desde que lo revisaron, según me dicen)  no deja de seguirla y me imagino venerarla.
¡Bien por ti Beto! ¡Felicidades M. Inés Por tu nuevo fan!


Gracias a todos los que hicieron posible que Beto tenga a partir de ahora, una vida feliz.



Apenas 6 días después de su rescate

No hay comentarios:

Publicar un comentario