viernes, 6 de mayo de 2011

10 de mayo

El martes será el día de las madres y además el cumpleaños de Musa.   Me he salvado de que no sea niña, sino una Cocker Spaniel de color negro, digo: ¡Me he salvado! ¡Porque cumple quince años!  No tendré gastos de recepción, pastel, ni vestido.   Son otros temas, que su edad me trae. 

Musa ha sobrepasado el promedio de vida de un Cocker Spaniel, que es de doce años. Y no me sorprende tanto que llegue a los quince años, por el alimento y cariño que ha tenido en su vida, la extrañeza es porque desde que vino a casa, la perra no ha sido saludable un solo día.
Si no era tos, eran ronchas, infecciones, picazón, etc.   Tratarla con antibióticos sólo la empeoraba y eso que seguíamos las instrucciones al pie de la letra. La pobre, conoció más veterinarios que los que asisten a las convenciones médicas veterinarias.
Mi esposo y yo estamos seguros que otra familia, con menos tolerancia a los enfermos, la habría dormido antes de que cumpliera un año.   No sé si eso era lo mejor para Musa, reconozco que ha pasado sus malos ratos pero también ha tenido muchos buenos.
El caso es que con enfermedades y ahora achaques de la edad ha llegado a su quinceavo cumpleaños.

Lo qué considero gracioso es que desde que cumplió diez, por sus dolencias, he pensado: ‹‹Este es su último cumpleaños››, ‹‹Esta es su última Navidad››.
Tal vez ese sea el secreto, Musa es muy terca y al sentir-oír (tomen en cuenta que es sorda) la frase, decide no dar lugar a los presagios.

¡Feliz Cumpleaños Musita!

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