Los paseos en el recorrido
de Pasos y Pedales, se han vuelto parte de cada domingo desde que el
recorrido fue programado. Nosotros también asistimos al principio y por
supuesto, los perros eran los más emocionados.
Lo más normal era salir de casa con las tres perras muy bien peinadas (para que salieran coquetas), collares limpios y no faltaban las correas, pero ante todo, bolsitas para las heces.
Con las semanas se observaban cada vez más personas con sus canes y así mismo el descuido se hizo presente. Con sorpresa aprendimos que no todos llevaban bolsa, y el paseo se convirtió, de una caminata tranquila a un paseo minado. Cuidábamos nuestros pasos, los pasos de los perros y tratábamos de esquivar con la mayor distancia posible los deshechos, para evitarles a las nuestras, la tentación de olfatearlos o que los pisaran.
Volantes comenzaron a circular, para educar a las personas sobre basura y demás; desde entonces creo que sí aminoró la suciedad. No sé cómo está ahora, tenemos meses de no ir.
Un detalle que sí ha quedado como tradición a estos paseos dominicales son los perros perdidos.
Sé de ellos seguido, por anuncios en carteleras de supermercados y cuando me cuentan amigos. Perros de raza y sin raza, de todos tamaños, son buscados por sus “dueños” desesperados. Hay información en e-mails circulantes, en la página Web de AMA, Facebook y no me extrañaría que también en Twitter.
¡Que triste! un día de tranquilidad familiar convertido en semanas de angustia, o en un imprevisto para siempre adiós, por no utilizar una correa.
Sin importar lo entrenado que esté un perro, siempre estará la posibilidad de que salga corriendo: sociabilidad, curiosidad, miedo.
Lo más normal era salir de casa con las tres perras muy bien peinadas (para que salieran coquetas), collares limpios y no faltaban las correas, pero ante todo, bolsitas para las heces.
Con las semanas se observaban cada vez más personas con sus canes y así mismo el descuido se hizo presente. Con sorpresa aprendimos que no todos llevaban bolsa, y el paseo se convirtió, de una caminata tranquila a un paseo minado. Cuidábamos nuestros pasos, los pasos de los perros y tratábamos de esquivar con la mayor distancia posible los deshechos, para evitarles a las nuestras, la tentación de olfatearlos o que los pisaran.
Volantes comenzaron a circular, para educar a las personas sobre basura y demás; desde entonces creo que sí aminoró la suciedad. No sé cómo está ahora, tenemos meses de no ir.
Un detalle que sí ha quedado como tradición a estos paseos dominicales son los perros perdidos.
Sé de ellos seguido, por anuncios en carteleras de supermercados y cuando me cuentan amigos. Perros de raza y sin raza, de todos tamaños, son buscados por sus “dueños” desesperados. Hay información en e-mails circulantes, en la página Web de AMA, Facebook y no me extrañaría que también en Twitter.
¡Que triste! un día de tranquilidad familiar convertido en semanas de angustia, o en un imprevisto para siempre adiós, por no utilizar una correa.
Sin importar lo entrenado que esté un perro, siempre estará la posibilidad de que salga corriendo: sociabilidad, curiosidad, miedo.
Si personas se pierden, cómo no le
puede pasar a un perro.
Este domingo al salir con su peludo amigo (el perro, no el humano) lleve un par de bolsas y: ¡No se arriesgue! Vista a su perro con correa, hay de varios largos y estilos, con seguridad encontrará alguna que lo haga ver a la última moda.
Y disfrute su paseo.
Este domingo al salir con su peludo amigo (el perro, no el humano) lleve un par de bolsas y: ¡No se arriesgue! Vista a su perro con correa, hay de varios largos y estilos, con seguridad encontrará alguna que lo haga ver a la última moda.
Y disfrute su paseo.
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