viernes, 25 de abril de 2014

Verano 2014

Se me olvidó, se me olvidó.  El Viernes Santo, reflexioné sobre lo que el día y las vacaciones significaban.  Me puse a pensar en que pronto la ciudad tendría el bullicio normal, cuando todos regresaran de vacacionar, lamenté que el canto de los pájaros el siguiente lunes no sería tan claro y cuando me acosté,  la madrugada del día sábado, recordé que no había escrito en el blog.   Lo pasado es pasado y en más de algo se entretuvieron los lectores porque no tengo ninguna queja en mi e-mail.

Nuestros días de verano han sido estupendos, no salimos, pero estuvimos tan frescos y alegres como quien adora el silencio y la falta de autos en las calles.  Un par de vueltas fui a dar, sólo por si encontraba a algún perro sediento o hambriento buscando su ración diaria como es la rutina en días entre semana.  Más me extrañó, no encontrar a ninguno.

En casa, mi esposo y yo disfrutamos de nuestros perros, como verán a continuación:
Keyla al principio estaba insegura, la idea de estar sobre el agua no era cosa buena, pero una vez que probó el flotador, le encontró el gusto.


Nova, es muy nerviosa, para todo.  Le gustó la idea, pero no se convenció de que era seguro. Fue un continuo: súbanme, bájenme. Y nosotros acatamos sus órdenes.

Mi pequeño y valiente Gecko, se volvió todo un navegante, el flotador con gente o sin gente es para ser usado por él.  En el sol o en la sombra, es el lugar más cómodo para un Cocker por lo que nos demostró.

Si mi hermana Keyla puede, yo también dijo Nova. Pero que no se mueva mucho y que no me caiga agua en mi peinado, nos expresó de nuevo.  Muévete tú. No, muévete tu.  Así pasaron un buen rato, hasta que Keyla se movió.

El primero en decidir a probar a nadar por su propio gusto fue Gecko, luego Keyla, pero un poco.  Y qué mejor que secarse bajo el sol por unos minutos, aunque Gecko se secó y volvió a nadar.

La que se llevó los aplausos fue la dulce Circe, se le podía leer en la cara: Eso no es cosa decente, soy perro no pez.  Mi nena, al ser  la más grande puede pararse tocando el fondo sin mojarse la cara, y le llevó un poco de tiempo convencerse de que podía hacerlo.

Y una vez que lo entendió fue por la medalla de oro. ¡Se ve preciosa! Y nadó con mucha gracia.

Esperanza también nos visitó este verano, se acomodó en la cocina, pero le dije que ese no era lugar para ella.  La invité a pasar un rato en una de nuestras plantas interiores y le brindé un poco de fresa. Sé que les encanta porque hace un par de años vivió con nosotros por varios meses un primo de ella, un encantador y entendido grillo.  Esperanza, luego de que un día después insistiera en pasar de nuevo a la cocina, también la sacamos al jardín para poderla cuidar mientras encontraba su lugar ideal.  Por ahí anda todavía.


Sean felices, hagan feliz a su perro y colaboren en la vida de un perro sin hogar.  Tan sencillo en verano como poner agua para que se refresquen los perros que viven en la calle o bien pueden refrescar a uno el resto de su vida si lo rescatan.


Hasta la próxima,
Nova A.S.G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario