viernes, 14 de febrero de 2014

Celebrando a mis caninos


La fecha 14 de febrero, más que sentir la celebración del Día del Cariño, desde que Consentida llegó a mi vida, significa para mí el cumpleaños de ella.  No nació ese día, ni siquiera me la dieron a mi en esa fecha; mi adorada Consuelo, Cony, Pupeta como también yo la llamaba o Consentida, como fue bautizada en la tarjeta con la que la entregaron a la familia que luego nos la dio, fue un regalo no solicitado; un regalo de San Valentín.
 
Yo era una niña, vivía justo al lado y jugaba con mi vecinita. Vi cuando el señor tocó el timbre, con mucho cariño entregó a esa adorable cachorra con moña y tarjeta a mi vecina, su ahijada, y se disculpó por haber llegado un día después del Día del Cariño.  Yo amé a esa perra desde ese día y aunque no podía estar junto a ella todo el tiempo como lo deseaba, me conformaba con verla unos minutos diariamente. 
Consentida era traviesa por su edad y raza, por eso para la Navidad de ese mismo año, ella ya vivía en mi casa, no la aguantó su primera familia, pero fue lo mejor que a ambas nos pudo pasar.

Como si fuera un bello recordatorio, Skippy nació el 16 de febrero, así que esos días quedaron marcados en el calendario de mi vida como celebraciones caninas hasta la fecha, aunque ellas ya no estén en este mundo.   Festejarlas se convirtió en algo normal e importante, porque conociendo el orden natural sabía que aunque las cuidara mucho no estarían a mi lado siempre. 
Mi bella Cony murió a los 13 años y luego de los problemas de salud de nuestra adorada Skippy, ni el veterinario, ni mi esposo y yo nos imaginamos que celebraríamos su cumpleaños número 14.   Problemas del corazón, operada por un horrible tumor apenas meses antes, con el inconveniente de la edad, pero ahí estaba ella sentada sobre la silla frente a la mesa esperando que se le diera algo delicioso de comer.  La acompañaban Musa y Greka, aunque mi chiquita sólo lo hizo por complacernos, porque nada de comida le llamaba la atención. Los Cuachuchitos rondaban la mesa, intentando subirse o en nuestros descuidos, mordiendo las sillas ante la frustración y porque eso hacen los cachorros.  Abrazamos a doña Skippy, la felicitamos y la mimamos como nunca.
Toda nuestra familia canina reunida, no podíamos desear más.
 
Musa, Skippy y Greka. Celebración de cumpleaños de Skippy


Creen bellos recuerdos, ese es el sentido de cualquier celebración y espero que hayan tenido un lindo Día del Cariño y la Amistad
Hagan feliz a su perro y colaboren en la vida de un perro sin hogar.


Hasta la próxima,
Nova A.S.G.

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