viernes, 24 de enero de 2014

Cuachuchitos lastimeros

Como les relaté la semana pasada, los Cuachuchitos nos manipulaban en todo momento.  Los sacaba al jardín mientras hacía la limpieza o para comenzar el entrenamiento de en dónde hacer sus necesidades.   Si no eran los gemidos y sus ojotes lastimeros los que me hacían caer en dejarlos entrar a los pocos minutos de sacarlos, era abuelita Skippy o tía Musa que solicitaba atención con el pretexto de que  tenía que salir. 
Las dos señoras Cocker se ponían ansiosas, caminaban de un lado para otro frente a la puerta, olfateaban el piso y podría jurar que con sus gestos me amenazaban con: ¡me abres la puerta o me orino aquí! 
Les abría, impidiendo el paso a los chiquitos, entonces las adultas Cocker caminaban un rato por la grama, me miraban para ver si yo las observaba y hacían unas gotas apenas.  Luego pedían entrar, pero en cuanto las dejaba, justo en la puerta se entretenían con algo o resultaba que no podían pasar porque en lugar de entrar derechas se ponían en diagonal para que tuviera que darles más espacio y así los cachorros se colaban.  

A Skippy no la dejaba afuera por su convalecencia, era una perra de 14 años con problemas del corazón, a Musa en cambio, sí la deje un par de veces y cuando entendió que no le abriría hasta que yo lo decidiera, aprendió a aullar junto a los cachorros.  De una forma u otra paré haciendo lo que los cachorros querían.  

Además,  quién puede dejar afuera por mucho tiempo a unos cachorros lastimeros como se ven en la fotografía.   Yo no.

Mis bellos Cuachuchitos.  En serio, el vidrio estaba limpio antes de que salieran.


Sean felices, hagan feliz a su perro, acepten y disfruten cuando sus perros los han manipulado porque significa que ellos son ingeniosos.  No olviden colaborar positivamente en la vida de un perro sin hogar.

Hasta la próxima,
Nova A.S.G.

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