viernes, 20 de septiembre de 2013

La perseverancia de Gecko

Como he relatado en ocasiones anteriores, Gecko fue el más pequeño de la camada pero  también el más perseverante, al punto de obcecado.  Se creería que por su tamaño fue el último en aprender o realizar ciertas actividades, sin embargo para todo él era el primero. 

En casa, la entrada canina desde el jardín tenía (ahora sólo es una) dos pequeñas gradas de no más de diez centímetros cada una y tienen que cruzar una “puerta” colgante plástica.  Todo un reto para unos cachorros que apenas corrían sin tropezarse.   La altura era suficiente como para no preocuparme de que entraran sin mi permiso, ni siquiera les llamaba la atención mordisquearla que fue lo que pensé que harían.   Un día Gecko me sorprendió, estaba llorando a media sala, el único adentro y se sentía solo.   

Luego de varios días de realizar el ritual de sacarlo de regreso a que jugara con los demás en el jardín, observé que Gecko comenzaba a esperar a sus hermanos con medio cuerpo afuera, y medio adentro; así les enseñó la mágica puerta que los llevaba a los magníficos y gigantescos juguetes para morder dentro de la casa: las sillas, los sillones y todo aquello que encontraran a su paso.

A partir de ese día fue imposible dejarlos afuera por ratos como solía hacer, si cerraba el paso se ponían a llorar al unísono de una manera que le sacarían lágrimas a una piedra y aunque quería que aprendieran a obedecer no debía estimular a que lloraran cuanto quisieran, no a todos les causa ternura; otros podrían creer, a lo lejos, que estaban siendo mal cuidados; y hay quienes no gustan de los animales y el gimoteo de cinco cachorros podrían molestarlos.   ¡El jardín y el primer piso fueron conquistados!

Ellos entraban y salían, olfateaban, jugueteaban y de cuando en cuando lloraban para llamarme, cuando yo estaba en el segundo nivel.  Eso era lo que querían, estar conmigo todo el tiempo, pero por más que yo también lo deseaba no dejaría que me manipularan y más aún que se volvieran dependientes de estar cerca de un humano, se tenían unos a otros y para ciertos momentos eso debía ser suficiente para que la pasaran bien.  Como la altura de cada grada es de unos 30 centímetros, creí que tendría unos veinte días más en lo que ellos crecían y comenzaban sus intentos de subirlas.

Una semana y empezamos a ejercitarnos.   Gecko subía dos gradas y se daba cuenta de que no podía más, se sentía perdido al igual que el valor de bajar y Rk o yo teníamos que bajar a regresarlo a la sala con los demás.    Fuimos testigos el día que logró subirlas todas y ese fue el fin de nuestro imperio humano porque los demás se echaron a la conquista de las alturas. 

Pero esa valentía que Gecko demostró también fue forjada, con cada primer paso infructuoso que dio, en un segundo y tercer intento recibió ayuda.  No se imaginarán de quiénes: abuela Skippy y tía Musa.  Las vimos ante cada triunfo de Gecko,  lo apoyaron, una de un lado de la puerta y la otra del otro.   Una arrinconándolo hacia la pared de las gradas y la otra con la nariz  empujándolo para que lograra subir, una y otra vez.  Fue sorprendente ver a las ancianas enseñando a un cachorro a realizar las actividades que ellas hacían.   Más interesante fue que a quien ayudaron fue al más pequeño y no a los demás. 

¿Estaban conscientes del tamaño o de la perseverancia del cachorro?  Podrían ser ambas las razones, pero también tengo que agregar que más que enseñarlo lo que hicieron fue consentirlo, permitiéndole hacer lo que él deseaba.   Gecko fue y es el más mimado, esa carita tierna todavía engaña a todos, incluyéndome. 

Esa es la razón por la que es tan malcriado, pero es un dulce y sabe qué cara poner para conseguir lo que quiere.   Todos sabemos que nos manipula, pero ninguno se atreve a detenerlo. ¿Por qué lo haríamos? Él es feliz y nosotros también.

Gecko recibiendo la sabiduría de su abuela Skippy.


No olviden compartir con su perro y ayudar a uno sin hogar.  Si quieren ideas de cómo hacerlo les dejo un enlace, de uno de los muchos casos aquí en Guatemala:






Hasta la próxima

Nova A.S.G.

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