Esta semana cometí una
imprudencia, idiotez, irresponsabilidad; como deseen llamarle, es
aceptable.
Llevé a Nova a una revisión,
ella ha estado con la presión arterial alta, sin embargo ningún examen demuestra que sea una
consecuencia secundaria de otro mal. Por
eso quería asegurarme de que no necesitara rayos X o un electrocardiograma, lo
cual dependía de cómo estuviera su examen físico. Ella estaba muy agitada en la
clínica, y la doctora no lograba
escuchar con claridad el corazón, por eso me sugirió que caminara con Nova para
que se tranquilizara, y en unos minutos volvería a examinarla. La clínica está dentro de una tienda de
concentrado y juguetes para mascotas, entonces dejé que Nova tomara el camino
que deseaba y que investigara a su gusto.
En esta
tienda es usual que los perros anden sueltos cuando la familia lo permite
porque están seguros de que no escaparán. Por eso tomé la decisión de
soltarla para que no jaloneara y se sintiera cómoda para cuando la revisaran. Nova jamás se ha alejado de mi, con o sin correa y siempre atiende de
inmediato a mi llamado, pero el jamás y el siempre cambian inesperadamente y
aunque no estábamos ni cerca de la
puerta se escapó a gran velocidad.
Corrí atrás de ella llamándola, viendo lo cerca que estuvo de ser
atropellada tres veces en el parqueo anexo por autos que retrocedían.
Que nunca
se corre a un perro, en parte es cierto, cuando uno observa que están jugando,
que voltean a ver para esperarlo a uno y continuar la carrera en cuanto uno se
acerca. Pero Nova corrió despavorida,
luego vi que se arrepintió pero sabía que lo que había hecho estaba mal y por
ello volvió a correr alejándose. Estaba
cerca de salirse del parqueo para agarrar la calle, pero se paró confundida,
indecisa de qué camino tomar. Fue cuando
la alcancé y le puse el collar, la cargué y cuando estábamos en la acera la
coloqué en el suelo para que caminara a mi lado pero ella logró zafarse el
collar y volvió a escapar, esta vez se detuvo a pocos metros y dejó que la
agarrara sin poner resistencia.
Entre tanto
susto, le pregunté a la doctora si mejor me revisaba a mi, porque resultó que a
Nova se le escuchaban sus latidos en excelente estado, en cambio yo sudaba,
tenía poco aíre y sentía que el corazón se me salía.
Una pareja
recibía en ese momento a sus perritos del servicio de grooming, a uno lo
dejaron suelto y el esposo le dijo a su señora: mejor ponle la correa, no sea
que salga corriendo. Fueron testigos de mi persecución y él no quería
enfrentarse a una situación similar.
Ella le respondió: no, él jamás lo hace y siempre viene cuando lo
llamo. ¿Les parece esta frase conocida?
Nova ha ido
antes ahí, siempre bajo mi cuidado y por eso sé que la tratan bien. Nunca antes la había soltado (ni en sueños lo
repetiré). ¿Por qué decidió escapar y
desobedecerme? Sólo ella lo sabe. Por un error de juicio mío, en la búsqueda
de una respuesta para que esté sana estuve a punto de perderla por atropello.
Lean, aprendan y eviten cometer mis errores. Llega el momento en el que, el jamás termina y el siempre se
detiene y por ello pasan accidentes que pudieron ser prevenidos.
Siempre con
cuidado, no bajen la guardia y no se confíen.
Hasta la
próxima
Nova A.S.G.
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