sábado, 18 de mayo de 2013

Consentida adolorida



Un día regresé del colegio y Consentida estaba acostada en el moisés.   Lo normal es que estuviera en mi cama pero esa vez no fue así.  Me acerqué a saludarla y apenas me movió la cola.  Con molestia se levantó para darme mi beso y fue cuando supe con certeza que algo  estaba mal.   No había razón simple para que estuviera adolorida pensé, y le pregunté a la chica que trabajaba en la casa.   Ella me contó que Consentida había salido a hacer sus necesidades a media mañana y luego  había entrado bien.  La perra se quedó a partir de ese momento en mi cuarto, como siempre. 
María (así se llama la chica), estuvo pendiente de la perra y del gato como solía hacerlo, sólo los dejó cuando fue a la tienda.   Yo nunca dudé de ella, más que una trabajadora doméstica ella era y es mi amiga.  En ese entonces, también vivía con nosotros mi padrastro y María era mi aliada y cuando yo no estaba cuidaba mis cosas y a mis peludos hijos, porque no confiábamos en él.  Así que haciéndola de Sherlock Holmes, deduje que él había lastimado a Cony (Consentida).

Le pregunté a mi mamá si la Cocker se había salido de mi área y respondió que no y luego como cosa rara, con tranquilidad le dije: “Creo que tu esposo la lastimó”.   Mi madre de inmediato fue a preguntarle y él lo negó.  Pero yo estaba segura, no había otra explicación ¿o sí? La remota duda era porque el dolor que tenía Cony podría ser por alguna enfermedad.  Sus pupilas y encías estaban normales, no tenía heridas físicas; sí, tenía que ser por un golpe, pero yo no era ni soy veterinaria.
Mientras llevaba a Consentida con el Dr. J. Melgar, pensaba en las mil y una palabras que le diría al esposo de mi mamá por su horrible acción, cuando me confirmaran que estaba golpeada.  ¿Qué más podía hacer?
Llegué a la clínica y el doctor la revisó y en lo que lo hacía, yo argumentaba sobre el golpe que Cony tenía.   El doctor desde que lo conocí, siempre fue muy respetuoso y paternal, no sólo cuidaba de mis mascotas, me daba consejos sanos, por eso creo que le tenía la confianza de desahogarme, cuando lo miraba. 
Él terminó de revisarla y me dijo: mire mi´ja, se le pasó la mano a su imaginación, bien sabe que no considero a  su padrastro como persona grata, pero lo justo es justo y su perra lo que tiene es un problema de espalda, está inflamada.  Podemos sacarle rayos X, si usted quiere, pero no es necesaria.   Siga las instrucciones de la receta y manténgala en reposo.  Este es un problema que algunos Cocker presentan, si bien puede ser causado por un golpe, también pudo ser por saltar de la cama.

Al regresar a la casa bajé el colchón de mi cama para que fuera más sencillo para Consentida subirse, tranquila porque mis suposiciones  eran erradas pero siempre con un ojo vigilante.  En el término de diez días Cony estaba como nueva.

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