viernes, 20 de julio de 2012

Morfeo

Lo nombró Morfeo. La independiente señora con problemas para dormir, pensó que era el nombre ideal para su recién rescatado perro.  Él era mestizo, pero se sabía que sería de tamaño grande.  Estaba bien para la pequeña casa pero con buen jardín.   
Aún era cachorro y no se sentía cómoda en dejarlo afuera, así que le permitió quedarse adentro. Eran ideas de ella, afuera estaban otro par de perros que habían sido recogidos de la calle siendo adultos, Morfeo no se sentiría solo y estaría en buena compañía.  

Apenas de tres meses, el cachorro comenzaba su aprendizaje de en dónde realizar sus necesidades pero la noche dominaba a su edad y por la mañana la señora se levantaba a limpiar pequeños charcos de orines y alguna que otra vez popó.
A la señora, esto la malhumoraba, dormía mal y poco; y a su madura edad esas mañanas de limpieza no eran las deseadas.

Pasaron unas semanas, Morfeo creció y aprendió a avisar que le abrieran la puerta antes de dormir y temprano por la mañana.  La señora estaba satisfecha de la rapidez con la que él aprendía y la compañía cercana del perro le daba cierta tranquilidad.  Ella comenzó a dormir mejor.

Otro par de semanas pasaron y la señora ya dormía tan profundo que no sentía a Morfeo, quien ya estaba más crecido y alcanzaba la cama con sólo colocar la cabeza. Tocarle la cara a la señora con la nariz no era suficiente para despertarla y él deseaba salir, necesitaba hacerlo.  Y con seguridad recordó:  El baño.
Así que una mañana, la sorpresa de la señora fue que cuando ella fue al baño, el piso de este, estaba sucio.   Morfeo había hecho sus evacuaciones en dónde creyó debía hacerlas cuando no le abrían la puerta hacia el jardín.
La señora entendió que era su propia culpa por no sentir, pero ahora ella dormía tan bien, como nunca antes lo había hecho, que decidió que lo mejor era que Morfeo durmiera afuera.

Morfeo aceptó con felicidad pasar la noche con el resto de sus amigos caninos, y según dicen, los tres perros casi sólo durmiendo se la pasan y a la señora en cambio, le ha regresado el insomnio.

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