viernes, 24 de junio de 2011

Tristeza canina

Antes de vivirlo, no había pensado en cómo los perros se sentían luego de la muerte de un compañero canino.
Consentida fue la primera perra en mi casa que tuvo de compañía a su hija Skippy.  Cuando Cony murió, fui muy egoísta en pensar sólo en mi dolor y no razoné al principió el porqué de los cambios de humor que Skippy tenía.
Ya he relatado que esta perra fue el modelo del porqué a los Cocker Spaniels se les llama locos.  Ella iba más allá de la palabra traviesa, era destructiva.   Pero nunca pensé que su carácter podía empeorar.

Al morir su mamá, se ensañó con todo y todo el tiempo.  Desgarró cortinas, tiraba adornos y llegó al colmo de realizar sus necesidades dentro de casa, algo que no había hecho desde cachorra.   ¡Era frustrante!
Un día Rk llegó del trabajo y desde la calle escuchó los aullidos de Skippy.  Entró a casa enfadado pero en silencio para observar a la perra ¿Por qué aullaba?
El enojo se convirtió en lástima al ver que Puka (también así la llamábamos de cariño) estaba sentada al pie de la cama viendo la foto de su mamá que tenía al frente.  Ella sufría y nosotros no le dábamos consuelo.   Nuestra actitud cambió, prestamos más atención y la situación con Skippy mejoró en días, en especial cuando llegó Musa  
Cuando Greka, la mamá de mis Cuachuchitos murió, Skippy se dolió también, para entonces tenía catorce años y recién había sido operada de un tumor en el páncreas, pero esa vez se enfocó en cuidar de los cachorros, ellos tenían dos meses y me imagino que sabiéndose abuela  decidió compartir la maternidad de los huérfanos, conmigo.

Los Cuachuchitos no sintieron tan fuerte la pérdida de su mamá, ella no había podido cuidarlos debido a lo enferma que estaba y al estar tan jóvenes no reconocieron la muerte. Pero un año después, cuando Skippy murió a sus quince años,  la lloraron.  Perseo rascaba la tumba aullando y enseñándonos el lugar.  Nova entró en negación y los otros dos no quisieron salir al jardín.   Fue muy doloroso para nosotros, humanos, observarlos y no encontrar la manera de explicarles que así es la vida, en especial porque Puka ya era anciana.

Ahora con la muerte de Perseo son cuatro canes los dolientes.
Nova, de nuevo entró en negación, seguida de días de furia; todavía tiene sus momentos de mírame y no me toques y hasta de no me mires. 
Keyla, es más tranquila.  Se nota que extraña a su hermano pero no en cambios bruscos, casi se podría decir que acepta la muerte sin exagerada preocupación.
Musa, sin ver ni oír, estoy segura que olió que el perrito que más la cuidaba y quería, murió.  Aún así, lo busca por veces.  Ella, por la artritis no sube las gradas, igual se acerca a ellas a ladrar, para ser oída en el segundo nivel, sólo a él llamaba y sé que a él es a quien busca.
Gecko, el otro único macho, mi sorpresa más grande.   Se la pasaban compitiendo, siempre querían comer del mismo plato, marcar el mismo árbol (a veces sólo salían a marcarlo uno tras otro hasta que alguno se cansaba). Deseaban el mismo juguete, se gruñían y mantenían distancia uno del otro a excepciones de cuando pasaba el perro vecino y uno entraba a llamar al otro para que lo acompañara a ladrar.   Era una relación de me estorbas y caes mal pero te quiero.  Gecko es a quien la tristeza se le nota y mucho.   Come y por momentos se queda en espera de que lo empujen del plato, como no sucede se cambia de plato, luego se rinde y se echa en el cojín.  El uso de hueso limpia dientes ya no lo usa tan seguido, pareciera que no es gracioso que Perseo, quien esperaba a que terminara de usarlo, no esté.   Pero la mayor muestra de su pena son los juguetes.  Gecko juega un rato con ellos luego los lleva al jardín y los deja en donde Perseo está enterrado.  A veces se queda esperando ¿una respuesta? ¿Una acción? No sé.

Veo en mis perros, el reflejo de mis sentimientos ante la perdida de Perseo, pero no es que actúen así porque esa energía les transmito.  Ellos también han perdido a un ser amado.   Pero estoy consiente que de Rk y de mi depende que ellos sean felices y por eso los apoyamos con caminatas, juegos, amor y lo que podamos ofrecerles mientras aprendemos a entenderlos más. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario