El descanso de Semana
Santa. Vacaciones planificadas o viaje de última hora, pero el perro,
muchas veces no está incluido. Llevarlo a un hotel canino no es opción,
es un costo que limita el paseo programado (según el “dueño”). Así
que, si bien le va al perro, alguien llegará a proporcionarle agua y
alimento una vez por día, tal vez sea el primo o ese vecino extraño que
apenas saluda.
Si no encontró a esa persona caritativa, que por supuesto se compadece del perro no del humano, con seguridad el can se quedará una semana encerrado, cubetas de agua y bolsa abierta de comida. Créanme estoy siendo optimista, escribí cubetas no palangana, y de que sucede, sucede.
No sólo perros de casa son lo afectados, también los callejeros de la ciudad. Algunos comercios y personas que suelen pasar a almorzar a casetas, no estarán para darles ese bocado sobrante. No estarán los charcos de agua que provienen de garajes en donde lavaron el suelo o el carro. La buena noticia en la ciudad: No habrán tantos perros atropellados.
Ninguna de las situaciones descritas debería de ocurrir.
Al tener un perro o cualquier mascota hay que recordar que son un miembro de la familia y debe tratársele como tal, no como un adorno caminante o un peluche que come.
Y a los perros callejeros, aunque llevará tiempo lograrlo, hay que ayudar para proporcionarles una vida digna y mientras ese día llega: habrá que colaborar con castraciones.
Son soluciones simples, lo difícil es que se divulgue. He notado que a las personas les avergüenza más educar, que ver a un animal sufriendo.
Y aunque me siento como disco rayado, o una mala canción, de esas donde el verso se repite una y otra vez, de nuevo les dejo unos consejos para que ayuden a que los perros y cualquier otra mascota tengan calidad de vida. Si pudieran seguirse todos sería fabuloso, pero con proponerse y trabajar con uno ya es bastante.
Si no encontró a esa persona caritativa, que por supuesto se compadece del perro no del humano, con seguridad el can se quedará una semana encerrado, cubetas de agua y bolsa abierta de comida. Créanme estoy siendo optimista, escribí cubetas no palangana, y de que sucede, sucede.
No sólo perros de casa son lo afectados, también los callejeros de la ciudad. Algunos comercios y personas que suelen pasar a almorzar a casetas, no estarán para darles ese bocado sobrante. No estarán los charcos de agua que provienen de garajes en donde lavaron el suelo o el carro. La buena noticia en la ciudad: No habrán tantos perros atropellados.
Ninguna de las situaciones descritas debería de ocurrir.
Al tener un perro o cualquier mascota hay que recordar que son un miembro de la familia y debe tratársele como tal, no como un adorno caminante o un peluche que come.
Y a los perros callejeros, aunque llevará tiempo lograrlo, hay que ayudar para proporcionarles una vida digna y mientras ese día llega: habrá que colaborar con castraciones.
Son soluciones simples, lo difícil es que se divulgue. He notado que a las personas les avergüenza más educar, que ver a un animal sufriendo.
Y aunque me siento como disco rayado, o una mala canción, de esas donde el verso se repite una y otra vez, de nuevo les dejo unos consejos para que ayuden a que los perros y cualquier otra mascota tengan calidad de vida. Si pudieran seguirse todos sería fabuloso, pero con proponerse y trabajar con uno ya es bastante.
- Adopte, no compre.
- Castre a sus mascotas, o ayude con la castración del perro del vecino.
- Done tiempo a organizaciones de ayuda a los animales.
- Realice donaciones monetarias, alimento o medicina.
- Ofrézcase como hogar temporal.
- Ayude a encontrar hogares para animales en adopción.
- Adopte a un perro callejero (son muy inteligentes, usted saldrá ganando).
- Cuénteles a sus amigos estos consejos y convénzalo de seguir al menos uno.
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