sábado, 1 de enero de 2011

Temas de Año Nuevo

Para Navidad tenía en mente adaptar “Un cuento de Navidad” que fuera relevante en tema canino.  No tuve tiempo.  Decidí convertirlo entonces a: Un cuento de Año Nuevo. Comencé a escribir.
Resultó que llevaba dos hojas escritas y sin terminar. Demasiado para un blog, pensé y ahora estoy ideando un contenido apropiado con la celebración y los perros.

Se me ocurre: Año Nuevo y perro nuevo.

Muchas familias celebrarán esta noche con un cachorro que llegó con moña el día de Navidad.   Algunos lo esperaban ansiosos y están más que preparados para compartir con el nuevo integrante.  Si bien unos perros fueron comprados, otros llegaron por medio de adopciones. 

En otros casos las personas han recibido al perro con una medio sonrisa porque la tía Julia o el tío Pedro lo regaló (imposible despreciarlo).   Como sucedió con Consentida, mi primera Cocker, cuando se la dieron a otra familia y al final se quedó conmigo. 

Otra situación se da con las personas que vieron al otro lado de la vitrina, al cachorrito jugueteando con otros perros o durmiendo.  Entraron a la tienda, preguntaron el precio y decidieron comprarlo.  Tenían el dinero del aguinaldo, compraron una bolsa de concentrado, pequeña, porque el cachorro lo es, pensaron.  Cuando salieron del comercio con alimento en un brazo y el peluche hermoso y vivo, se les ocurrió preguntar:  ¿Crece mucho?  Y la sincera respuesta fue: Lo normal para la raza.
Así comienza el año, con la incógnita de cuántos perros que llegaron de sorpresita navideña, seguirán en esas casas.  Y cuáles de los caninos que se quedaron serán cuidados y amados.   Año Nuevo, perro nuevo y nuevas responsabilidades.


Dejo a un lado esos pensamientos y decido escribir sobre los propósitos de Año Nuevo.

Pregunto a mis perros si tienen algún proyecto, aparte de pelearme la almohada o ladrar al teléfono cada vez que suena.   Se me quedan viendo con ojos de enamorado, me mueven la cola, uno me ladra, otro decide regresar a dormir.  
Nova, la Cocker de quien he tomado el seudónimo, me tira su peluche favorito: un gato del tamaño de un puño.  Me indica que es hora de jugar al escondite.   Olfatea, sigue mis señas, lo encuentra, lo sacude y me lo vuelve a tirar.  Sigamos jugando.
Si tienen propósitos, sólo los puedo adivinar:
  • Ser cada día más dulces.
  • Aprender a hablar, para darse a entender (O cree que ya habla y sólo desea mejorar la pronunciación).
  • Descansar suficiente.
  • Jugar todo el tiempo posible.
  • Y ante todo demostrar quien es el dueño de la almohada.

Lo anterior me lleva a comparar las aspiraciones que imagino tienen los perros callejeros, sin importar que día sea:
  • Encontrar alimento.
  • Cuidar de la cueva en la que viven, en el barranco.
  • Mantenerse calientitos.
  • Evitar a las personas, en especial al que los patea cuando van a buscar comida.
  • Cuidarse de los automóviles.
  • Seguir vivos.

Mejor pienso en otro tema...

Como me he quedado en blanco, sólo me queda decir:  


Desde nuestro hogar, humanos y perros, les deseamos un Próspero Año Nuevo 2011.
Que sus nuevas responsabilidades traigan alegrías y enseñanzas.  Y que logren cumplir todos sus propósitos, incluido ese último que han agregado: “Ayudar a un perro necesitado.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario