viernes, 11 de julio de 2014

A simple vista

Las primeras semanas sacábamos a  Ágenor hasta 8 veces al día, por su salud y a la vez estimularlo. Los paseos han sido tan continuos, que lo han llegado a conocer varios vecinos y yo los he conocido a ellos.  Todos se sorprenden al verlo por lo flaco que está, algunos creen que es uno de los nuestros que se enfermó y luego se enteran de que él estaba abandonado y más enfermo de lo que ahora se ve.  Como si estuviera vendiendo religión al contar la historia de este perrito en huesos, aprovecho a dar a conocer las ventajas de adoptar y demostrar con el vivo ejemplo de Ágenor el porqué se debe esterilizar ya que no todos podrán saber el futuro de un cachorro.

En estos paseos he observado que todos lo acarician, dicen que es bello (es cierto), le alaban sus ojos expresivos y se nota que esperan ver el resultado final al igual que yo.  La mayoría son sinceros al decir que no se habrían animado a agarrarlo aún viéndolo como va, mucho menos cuando les explico las condiciones en las que estaba; y no es para menos, cuando se analiza el futuro cansado trabajo que puede llevar una acción, pocas  veces nos animamos a llevarla a cabo.  Esto a todos nos pasa.   Algo me inquieta, con Circe sólo un par de personas vieron el antes y el después, la lisonjearon y hasta ahí.  ¿Tendrá que ver que ella no se ve como de raza?   Ágenor podríamos decir que es un Setter en miniatura o un eterno joven Golden, y sin pensar mucho: un enfermo Cocker.  ¿Es porque es peludito que llama la atención? ¿O su condición es tan mala que es lo que atrae la vista?
Puede ser que a Circe no la conocieron tantos porque no tenía la necesidad de salir varias veces al día, o cuando la vieron no se le miraba con la muerte encima, o sea arrastrando las patas como caminaba Ágenor.   A las personas les cuento sobre Circe, la perra amarilla similar a las que se encuentran en todas las calles y entonces dejan de interesarse en la parte importante: ella ha equilibrado a los Cuachuchitos con su energía y  tranquilidad.  No tuve que entrenarla para que fuera al baño y desde el principio fue dócil y paciente con mis chiquitos.  
Ágenor, ahora ha aprendido a ir a hacer sus necesidades al jardín, lo que la principio creí era educación de calle porque no se hacía adentro de la casa, era que no lo mantenía adentro tanto tiempo.     Es sociable, pero tenía un problema de conducta y es que ningún perro podía estar siquiera a un metro de su plato de comida porque se ponía agresivo; comprensible ante las necesidades que pasó.  Esta situación ha mejorado a base de trabajar con él y Circe, ahora ya está en la fase de que pueden estar a la par de él todos mientras come, es un gran avance en pocas semanas y en parte es porque también entiende que tendrá comida,  en esta casa no hay competencia.  Cuando se recupere, se verá hermoso y además esos dos pequeños detalles negativos que mencioné serán sólo una historia que quedó escrita en este día.

Cada perro es especial y tiene personalidad, sólo al convivir con ellos podemos conocerla pero al igual que con las personas no debemos juzgar por la apariencia física.  Además al convivir con los perros (de raza o mestizos),  tratarlos como se merecen y educarlos podemos fomentar las características positivas que nos harán decir: ¡vivo con un perro como de película!

Sean felices, hagan felices a sus perros y colaboren en la vida de un perro sin hogar.

Hasta la próxima,
Nova A.S.G.

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