viernes, 4 de noviembre de 2011

Chico

Ayer jueves 3 de noviembre, vi a un perro caminando con lentitud en la empinada carretera regresando de Boca del Monte.
Pero eso de ver un perro callejero no es extraño en nuestro país.  

Prosigo. Yo llevaba cierta prisa y no debía detenerme, los trabajos a destajo no se repiten seguido.  Así que lo pasé en mi auto, esperando encontrarlo a mi regreso para, aunque fuera, brindarle comida y agua.   
Continúe viéndolo por el retrovisor y él que, al principio iba en la orilla, siguió caminando de manera errática hacia el medio de la calle, muy cerca de una curva.  Deseé que volviera al borde del camino pero el sol y el cansancio lo vencieron.  Se echó a media calle.

Dejé el auto y fui por él.   Era un anciano, sus canas y cataratas lo indicaban.   Me acerqué con cuidado, no quería asustarlo y a la vez tenía que saber qué carácter tenía.  Me vio con dulzura y con cierta resignación. Su mirada me dejó saber que hasta ahí llegaba todo su esfuerzo por vivir.
Su condición no era muy diferente a la de otros perros callejeros, era lo que le habían hecho lo que me hizo enfurecer, entristecerme y lamentarme por él.  
Su color café y rayas oscuras me recordaron a Fiestero y por esas mismas características alguien en algún momento de su vida le cortó las orejas y la cola para hacerlo parecer como de raza.  Trato de no pensar de qué manera le realizaron las “cirugías”.  
Su cara también tenía viejas cicatrices de peleas con otros perros.   Y aún así, es de los perros más dóciles que he conocido.

Lo cargué y lo llevé conmigo, todavía tenía la esperanza de llevarlo en el auto mientras iba por los datos del trabajo, pero apestaba tanto que no había avanzado ni un kilómetro cuando me quité la idea.   

Ahora está en casa de mi mamá (por supuesto ya bañado).  Lo hemos nombrado Chico, no tiene mucho espacio debido a los demás perros territoriales que he mencionado en las anécdotas de otras semanas, sin embargo tiene un refugio y hace lo que tanto deseaba: dormir con tranquilidad.

Si desea adoptarlo y demostrarle que un ser humano también es capaz de dar amor, deje su comentario y me contactaré con usted.


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